JEFF SCOTT SOTO - Damage Control

Imagino que si estás leyendo estas líneas y te has molestado en comprobar qué es lo que voy a comentar acerca del nuevo disco de JEFF SCOTT SOTO es porque tienes cierta noción de quién es el artista en cuestión, con lo que, con tu permiso, me ahorraré hacer la típica lectura rápida de su largo e inagotable currículum musical.

“Damage Control” es el quinto trabajo en solitario del vocalista de las mil bandas y de las tropecientas colaboraciones y proyectos. A nivel personal, no creo que el cantante de ascendencia hispana haya inventado nunca nada; ahora, reinventado quizá sí, como sucede en el compacto que tengo en mi poder. Te preguntarás qué es lo que ha inventado nuestro inquieto y polivalente músico. Pues nada menos que a sí mismo.

Parecerá una tontería, pero si echamos la vista atrás y ojeamos el más reciente pasado de Soto, nos topamos con el disco de WET, un proyecto con reconocidos músicos de la escena Hard escandinava actual que, a pesar de contar con la participación del vocalista y de ser un gran trabajo, no tenía especialmente el sello del cantante, quizá por la engrosada producción del disco y por los principales compositores del mismo. Y a su vez, hallamos “Beautiful Mess”, su último disco en solitario, el cual data del 2008; un descafeinado compacto lleno de tesituras cercanas al Funk y al Rock más setentero que no tuvo una reseñable aceptación entre el público habitual del vocalista.


Pues bien, dicho esto, cabe resaltar que Soto ha regresado al panorama musical siendo cien por cien Soto, ni más ni menos. Da la sensación de que ha tirado de manual a la hora de concebir un álbum que recopila todas sus virtudes como cantante e instrumentista, hallándose a caballo entre lo que hizo en “Prism” y en “Lost In The Translation”, y todo ello sin proponer nada que no haya mostrado antes. Si acaso, sí que ofrece un lavado de cara con respecto a su anterior álbum, mostrándose en esta ocasión más fiel y preciso con respecto al Hard Rock del que proviene; de ahí que usara antes el término “reinvención”.

Hablar de brillantez en este tipo es de Perogrullo, ya que desde sus inicios y en cada una de sus aventuras todo lo que ha tocado ha lucido notablemente. Ahora bien, si desligamos este último trabajo de toda su carrera exceptuando sus lanzamientos como JEFF SCOTT SOTO, nos vemos inmersos en un compacto especialmente radiante.

Como comentaba  anteriormente, hacía tiempo que no daba con un disco que tuviera el sello de Scott Soto acentuado de un modo tan evidente como aquí sucede. E insisto en recalcar que él no inventó nada; es más, cuando apareció en escena hace ya unas décadas estaba casi todo el pescado vendido en lo que a Hard Rock respecta. Eso sí, el tío se creó desde jovencito una indiscutible imagen de marca que le dura hasta día de hoy. Quizá por su especial y reconocible timbre de voz, por el modo en que afronta las canciones y, a su vez, por los músicos que siempre le han arropado, Soto es capaz de hacer que escuches una canción suya, al instante se te encienda el chip y le reconozcas de inmediato, como sucede en “Damage Control”, su nuevo plástico.


El disco en cuestión tiene de todo, desde temas más guitarreros y modernos como son “Give A Little More” y “Damage Control”; ambos con estribillos marca de la casa, pasando por piezas más sigilosas y melódicas como la pegadiza “Look Inside Your Heart” y el vistoso medio tiempo “Die A Little”, o la más clásica y ochentera “Tears That I Cry”, hasta llegar de nuevo al desenfreno y al deje más canalla de Soto mediante el dinámico “Krazy World”, el cual recuerda en su mecánica al tema “Living The Life” al que el cantante de Brooklyn puso voz para la película “Rock Star”, y finalmente nos encontramos también con “Bonafide”, la típica balada de Scott Soto, donde el artista utiliza mejor que nunca sus reconocibles herramientas; esto es, una bonita y facilona melodía de piano, una letra fácilmente coreable y un estribillo explosivo y con gancho donde, en un momento dado, una multitud de voces se alzan a la par poniendo su granito de arena para redecorar la pieza, como ya sucediese en su día con el tema “Til’ The End Of Time” del disco “Prism”, aunque aquí esas voces no tienen tanta presencia y ejercen de mero acompañamiento.

Y poco más te puedo contar sobre “Damage Control”. ¿Te gusta la voz y la música de JEFF SCOTT SOTO? Te gustará su nuevo compacto; sin duda, un buen ejemplo de lo que es un grandísimo artista que, lejos de flaquear al acercarse peligrosamente a los 50, muestra su cara más reconocible y honesta y la misma energía de siempre.

 

Jorge Osoro

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí