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"In The Vanishing Echoes Of Goodbye" de LABYRINTH, disco con el que coronan casi 3 décadas de Power Metal

Los italianos lanzan un décimo álbum muy crítico con la situación del mundo actual

Auténticos supervivientes de la escena metalera italiana de los años 90, LABYRINTH presenta “In The Vanishing Echoes Of Goodbye”, su majestuoso, denso e instrospectivo décimo álbum de estudio.

Son ya 29 años desde su primer trabajo a sus espaldas y si algo les ha caracterizado en todo este tiempo, parones, salidas y vueltas de integrantes incluidos, es que nunca se han acomodado en una única forma de entender el Power Metal (al que han tendido a añadirle elegantes toques progresivos). Este tercer disco lanzado con Frontiers Music muestra un paso más en la exploración sonora que iniciaron con “Architecture Of A God” (2017) y “Welcome To The Absurd Circus” (2021) y los italianos nos traen ahora un trabajo complejo, letras ligadas al momento actual que está viviendo el mundo y unos cuantos cortes donde arriesgan y salen victoriosos, dando rienda suelta a una experimentación que puede que no viésemos desde “Freeman” (2005) o “6 Days to Nowhere” (2007) pero que no afecta a que su sonido sea 100% identificable.

Los músicos de “In the Vanishing Echoes of Goodbye”

“In the Vanishing Echoes of Goodbye” mantiene a la formación que nos obsequió “Welcome To The Absurd Circus”, (realmente, desde su LP de 2017 la banda solo ha sufrido un cambio de baterista) con el trío esencial que forma Roberto Tiranti a las voces junto con el dúo de Andrea Cantarelli y Olaf Thörsen a las guitarras, los elegantes teclados de Oleg Smirnoff y la contundente base rítmica que conforman Nik Mazzucconi al bajo y Matt Peruzzi (también en VISION DIVINE) a la batería.


Un álbum de poso crítico

Este nuevo lanzamiento es casi una continuación directa de “Welcome To The Absurd Circus” y, aunque no es un disco conceptual, muchos de sus temas hablan del caos que vive el mundo del siglo XXI y como, desde la pandemia, todo se ha ido al traste (aunque siendo realistas, el mundo se va a pique desde hace ya unas cuántas décadas). El contexto actual les sirve, por tanto, para hablar de cómo la sociedad se ha quedado aislada (o siente que está abandonada), la incertidumbre ante el momento de la historia en el que vivimos o cómo se sienten ellos mismos como artistas después de tantos años dando el callo. Hay momentos para letras esperanzadoras y brillantes, pero es cierto que este trabajo, aún con toda su potencia sonora firmando unos cuantos cortes muy rotundos, es algo más oscuro que otras entregas. Sea como sea, también hay que señalar que desde hace tiempo sus letras tienden a la introspección frente a la épica, por lo que la conjugación funciona muy bien en este trabajo, que ha sido de nuevo producido por la propia banda y mezclado y masterizado por Simone Mularoni.

El nuevo disco de LABYRINTH se mueve entre las incertidumbres y certezas del miedo y el caos

LABYRINTH, con la portada y título del álbum, ya nos plantean un comienzo pesimista, golpeando duro con su primer corte y single, “Welcome Twilight”, uno de los más originales del disco, con coros épicos como no habían hecho nunca y una letra devastadora que se puede resumir en ‘de la pandemia íbamos a salir mejores y mirad ahora cómo estamos’. Uno de los grandes cortes del disco y donde cada parte brilla de maneta notable, siempre al servicio de la voz de Roberto Tiranti.

En “Accept The Changes” la melodía no se aleja mucho de lo que conocemos de LABYRINTH, incluido su estribillo, muy de la etapa actual. Juegan con sus característicos arpegios en el puente y su sección media melódica es aplastante gracias a sus solos interminables que harán las delicias de los amantes de la velocidad y virtuosismo.


“Out Of place”, segundo single del trabajo, es un tema muy intimista, donde se intuye que rozan de pasada su carrera musical y en el que bajan de revoluciones siendo el primer medio tiempo hasta que se acelera en el tramo instrumental. Las partes atmosféricas están muy bien metidas y en canciones como esta se aprecian la cantidad de registros vocales en los que se puede mover Roberto. Las guitarras de Andrea y Olaf destacan de nuevo y el teclado de Smirnoff tiene momentos brillantes.

Con “At The Rainbows’s End” vuelve la velocidad y a poder interpretarse como un tema bastante apegado al momento que vivimos. Es un poco más denso que los anteriores, pero mezclado con su estilo característico. Muestra también toques progresivos, dándole protagonismo a la parte rítmica, que cuando tiene que ser machacona y a piñón fijo cumple y cuando tiene que ponerse exquisita, lo borda, cortesía de Mazzucconi y  Peruzzi.

Llegando a la mitad del álbum nos topamos con la inmensa “The Right Side Of This World”, tercer single elegido para presentar el trabajo. Su riff se compenetra muy bien con los teclados. Además, el estribillo es muy adictivo al superponerlo con la melodía del riff principal del tema, siendo su segmento instrumental de nuevo una demostración de pura artesanía powemetalera.

“The Healing” es un corte con mensaje optimista, de los que buscan servir como piezas inspiradoras. Es un medio tiempo que innova recreándose en su melodía para lucimiento de Tiranti. De nuevo, los tramos en los que los dos guitarristas se compenetran y ‘retan’ son una delicia y, aunque no es un tema rápido, no es un corte sencillo, lo que muestra el buen hacer y respeto de la banda por su legado a la hora de hacer canciones que logren atraparnos.


Tras esta pieza motivacional, llegamos a “Heading For Nowhere”, con un inicio muy tharsher y progresivo, que salta luego al Power más característico suyo y que se convierte en una absoluta locura en el segmento instrumental, dando protagonismo a cada componente del grupo y convirtiendo la pieza en otro gran exponente de los LABYRINTH actuales.

“In the Vanishing Echoes of Goodbyes” encara su tramo final con “Mass Distraction”, corte que enlazan también con el recuerdo de la pandemia de Covid-19 y el trauma que ha dejado en la sociedad, la división y el miedo. En lo musical, no destaca por encima del resto y puede que sea uno de los más intercambiables con sus entregas anteriores en el aspecto sonoro. Casi podría ser la canción de cierre, con sus arpegios finales, de no ser porque aún quedan dos descargas más. La penúltima, “To the Son I Never Had”, es la obligada balada que muta a medio tiempo y luego da saltos a tramos acelerados donde la banda habla desde su experiencia a un hipotético oyente mucho más joven, dando consejos sobre la vida y el camino a seguir. Una pieza muy agradable y emocionante de escuchar por todos los matices que ofrece.

Para cerrar su décimo disco de estudio, LABYRINTH se despiden con la muy destacable “Inhuman Race”, otro de los cortes más fuertes y variados del plástico, relacionado con las guerras actuales (se menciona en el mismo la invasión de Ucrania por parte de Rusia y los bombardeos de hospitales) y con una letra bastante depresiva pero que no sorprende dentro del contexto de la grabación.

"In The Vanishing Echoes Of Goodbye" es un disco amargo con ecos de despedida y esperanzas de regreso

Con este décimo trabajo, LABYRINTH firman una grabación que es hija de su tiempo, de los momentos que estamos viviendo y con letras que tienen grandes cargas de profundidad. En lo musical se mueven entre lo que ya conocemos y la sorpresa inesperada, sin afectar a su sello característico y, ya sean 4 años de espera o más, un nuevo disco de los de Massa es siempre algo de agradecer. Bienvenidas sean todas sus propuestas.


Nunca volverán a firmar un disco como “Return To Heaven Denied” (1998) porque aquello fue algo irrepetible pero tampoco han pretendido volver a ello, ni siquiera con su segunda parte -formando así una trilogía con No Limits (1996), “RTHD” (1998) y “A Mindnght Autumn´s Dream, RTHD 2” (2010)-  ya que su carrera es larga, variada y extensa.

Como comentábamos al principio, es un auténtico recordatorio del Power Metal de los años 90 que se hacía en Italia, aunque ahora sean mucho más modernos y arriesgados. Roberto Tiranti sigue cantando como nunca y tienen como gran baza a una pareja de guitarristas bien compenetrada, con Andrea Cantarelli y Olaf Thörsen dando lo mejor de sus capacidades en cada composición. Ojalá estos ecos de despedida de "In The Vanishing Echoes Of Goodbye", mientras el laberinto se desvanece en el horizonte, sean solo fruto del marco en el que nace la inspiración de esta obra y podamos disfrutar de unos cuantos discos más de estos históricos de la escena.


Discográfica: Frontiers Music

Más información sobre el nuevo disco de LABYRINTH en su página de Facebook.

RESUMEN

LABYRINTH dejan marchar el circo de lo absurdo para saltar a terrenos instrospectivos y críticos con el mundo actual post pandemia. El regreso de esta mítica banda de power metal italiana está a la altura de lo que se espera en unos veteranos de su clase y pocos peros pueden ponerse a un disco que, arriesgando y experimentando, sigue ofreciendo un sonido 100% identificable y que se siente siempre como ‘una vuelta a casa’.
Samuel González
Samuel Gonzálezhttps://www.hellpress.com
Nací en los grisáceos 80 (1982, vamos) y varios años después me licencié en Periodismo. Cuando puedo escribo en medios especializados sobre música, cómics y videojuegos. Auténtico true believer de los Dioses Gigatrón.

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