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Crítica de PHIL CAMPBELL - Old Lions Still Roar

Cuando eres sangre y fuego. Cuando tus cicatrices te retratan como un acólito de la vida en la carretera. Cuando has sido el ojito derecho, el hermano e incluso una especie de consejero de una leyenda como Lemmy Kilmister durante tres décadas. Cuando tú mismo, sin haber protagonizado tantas líneas de prensa como el citado Lemmy, eres igualmente una leyenda por derecho propio. Bien, pues cuando sucede esto, los devotos de la mala vida y de la banda sonora que le impregna de diabólico ritmo abrimos los brazos y clamamos al cielo para que individuos como tú, Phil Campbell, editen nuevo material con el que alimentar nuestros oídos. Y es que hoy, por una vez, no toca resucitar a Mr. Kilmister, sino hablar del guitarrista galés y de su nuevo trabajo en solitario, "Old Lyons Still Roar" - ¿Título con declaración de intenciones? - el segundo en su cuenta personal tras la desaparición de MOTÖRHEAD.

Si en un lanzamiento logras juntar a ilustres como Rob Halford, Alice Cooper o Dee Snider (gente que viene con la lección aprendida de casa) es porque a lo largo de tu carrera algo habrás hecho bien. Este disco, con toda su modesta apariencia y su honesta textura, es un volcán de emociones, un viaje pasional facturado por un individuo casi sexagenario que, básica y llanamente, es el Rock N' Roll personificado.


Estamos ante uno de esos discos que casi podría ejercer las veces de recopilatorio, de reconocimiento de una vida dedicada al gremio y de compresión de todas las disciplinas musicales que en su día educaron y avivaron el oído de nuestro protagonista y que, a su vez, ayudaron a forjar el músico inquieto a la par que disciplinado que es a día de hoy.

De este modo, no se podría decir que este trabajo, musicalmente hablando, no sea algo arbitrario e incluso inconexo, pero no importa especialmente. Todo lo que se va digiriendo fluye con tanta naturalidad que poco o nada importa que se pase del Rock/Blues Sureño a una especie de Metal Moderno contundente y de aquí a una pieza de Hard Rock macarra de lo más estándar. Todo cuaja desde la áspera y envejecida mirada de un tipo afincado en el mismísimo feeling desde hace décadas y que, seguramente sin pretenderlo siquiera, hace de la sencillez su mayor virtud.

PHIL CAMPBELL factura toda una ecléctica declaración de intenciones con "Old Lyons Still Roar"

Ese pragmatismo musical se entiende de primeras según aterriza "Rockin Chair", una pieza ligeramente adormilada apoyada tan solo por el buen hacer del sonido acústico de guitarras y por la garganta agrietada de Leon Stanford, cuya voz exprime al máximo las bondades del Rock Sureño. "Straight Up" recoge el testigo, siendo un corte que irrumpe con unos guitarrazos que me recuerdan a los trabajos más recientes de DEF LEPPARD y en el que maese Halford pone su voz templada y sin necesidad de recurrir a sus vertiginosos agudos al servicio de un tema con cierto aroma Hardrockero y un acabado que derrocha calidad.


Tras esta, entra en escena "Faith In Fire", un tema pesado donde las toscas cuerdas vocales del británico Ben Ward le dan una configuración claramente Stoner a una composición que, por momentos, también tiene, sobre todo en el aspecto vocal, algo del "God Of Thunder" que nos dejaron KISS el pasado siglo.

De primeras, parece que el bueno de Phil le ha hecho un traje a su medida a cada uno de sus invitados, explotando las aptitudes de cada uno de ellos en los temas seleccionados que, a priori, van más acordes a su innato potencial. Sensación que se repite con "Swing It", una canción muy recargada en cuanto a guitarras y base rítmica en la que Alice Cooper es el que, pertinentemente, da el do de pecho, dejándonos un tema que no recuerda precisamente a la impronta más clásica del señor Furnier, pero que tiene los suficientes matices de Rock contagioso y energético como para que sea el padre del Shock Rock el encargado de encauzarlo.

Por su parte, "Left For Dead" le pone nombre a una de las joyitas del álbum. En la pertinente ocasión, nos encontramos con un gran trabajo de Hard Rock Sureño de lo más ortodoxo y seductor musicalmente hablando en el que incluso tenemos una excelente labor coral con un despliegue que coquetea, jugando bien una más que interesante baza, con la música Gospel. Neville MacDonald, de los británicos SKIN, es el que en esta ocasión colorea un tema ya de por sí vistoso y atractivo.


Con "Walk The Talk", Phil Campbell vuelve a recuperar el Stoner Rock junto a, precisamente, uno de los rostros más visibles del género: el californiano Nick Oliveri, ex KYUSS y ex QUEENS OF THE STONE AGE. El tema, en su estilo, funciona sin grandes alardes, aunque quizá adolece de la pegada y efectividad de otros cortes. Bastante más preciso se me antoja "These Old Boots", un tema de Heavy Rock "a la americana" bañado en esa estirpe jocosa, gamberra y juerguista y en un sonido grueso que perfectamente podría haber estado en sus tiempos mozos en discos de MOTÖRHEAD como "Bastards" o "March Or Die". Dee Snider de TWISTED SISTER y el CRÜE por antonomasia Mick Mars nos dejan su buen hacer en el citado corte.

"Dancing Dogs" se mueve con soltura en el terreno de bandas como ALTER BRIDGE, aunque también intuyo puntuales ramalazos al OZZY de discos como "No More Tears". Groove contemporáneo, un poco de densidad y la voz del UGLY KID JOE Whitfield Crane, más sobria y alejada del espíritu festivo de su banda de cabecera, es lo que, a groso modo, hallamos en esta pieza.

La inesperada sorpresa con mayúsculas del lanzamiento la proporciona "Dead Roses", el tema más alejado del Rock que contiene el álbum. El Rythm & Blues se da la mano con un estilo algo más popero y elegante en un tema en el que resaltan la reconfortante calma que proporciona un piano y la voz de Benji Webbe (SKINDRED), capaz de aparcar su faceta más reconocida como voceras de Hardcore/Metal para poner su calidez a una canción con la que se descubre como el gran vocalista que es de música negra. Finalmente, el abuelo Campbell nos dice adiós con la misma tranquilidad con la que decidió inaugurar su nuevo álbum, más si cabe, dado que "Tears From A Glass Eye" es un tema netamente instrumental con un ambiente muy nebuloso y grisáceo en el que el propio Campbell nos llega a regalar unos fraseos con guitarra acústica que perfectamente podrían encajar en una pieza de puro Blues e incluso de Flamenco.

Tan variado como enriquecedor. Así se descubre la nueva obra del veterano guitarrista galés, un acogedor lugar en el que parece haber espacio para el ruido, para la quietud, para el cachondeo, para la seriedad. "Los viejos leones aún rugen", indica el título de la obra. Con certeza, y en el que caso que nos ocupa, así es; aunque equilibrando más y mejor los instantes hechos por y para sacar las garras con los que ofrecen una visión musical mesurada y algo menos ardorosa. Cosas de la edad, supongo.



Discográfica: Nuclear Blast

Más información sobre el artista en su página de Facebook.

RESUMEN

Este disco, con toda su modesta apariencia y su honesta textura, es un volcán de emociones, un viaje pasional facturado por un individuo casi sexagenario que , básica y llanamente, es el Rock N' Roll.
Jorge Osoro
Jorge Osoro
Licenciado en Comunicación y redactor en varias webs especializadas en Rock y Metal desde hace más de una década, plataformas que me han servido, al igual que el actualmente aparcado mundo radiofónico, para darle rienda suelta a mi creatividad enfocada a una de mis grandes pasiones: la música. A su vez, soy un gran entusiasta del cine en todas sus vertientes, especialmente en la rama dedicada al terror, fantasía y ciencia-ficción.

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