VADER sigue siendo VADER por mucho que pasen los años. Este "Solitude In Madness" es el último disco en engrosar una discografía tan extensa como años de carrera de los polacos. Estamos ya por el decimoquinto trabajo de estudio, sin contar con EPs, discos en directo, recopilatorios, singles… una obra vasta donde predomina un componente sobre el resto: la estabilidad. Aunque los años vayan transcurriendo, los polacos tienen una trayectoria que ya querrían muchos, una solidez musical envidiable que resultaría imposible sin su máximo exponente, el líder de VADER Piotr "Peter" Wiwczarek. No en vano estamos hablando de unos profesionales como la copa de un pino.
VADER condensa lo mejor de su sonido en "Solitude In Madness"
Después de escuchar el disco al completo solo tienes una sensación: Que "Solitude In Madness" es un buen trabajo. No creo que exista otra forma de pensar cuando has oído este nuevo álbum del grupo de Death Metal. Como he dicho antes, la banda es sinónimo de calidad y en este reciente trabajo existe y en abundancia. Desde el primer tema "Shock And Awe" hasta el último "Bones" tan solo hay 29 minutos con 29 segundos, contando con la versión de sus paisanos thrashers ACID DRINKERS, "Dancing in the Slaughterhouse". Una obra algo corta sí, pero intensa. Un torbellino de afiladas guitarras, una aplastante batería, un bajo veloz y una robusta voz que siguen siendo santo y seña de la formación. No vamos a descubrir nada nuevo en "Solitude In Madness", lo digo en el buen sentido. No estamos ante una obra culmen ni un experimento fallido. No deja de ser otro buen trabajo de los polacos.
Adentrándonos en lo que es el disco, el tema que lo abre, la potente "Shock and Awe", empieza dejando claro por donde van los derroteros, un poquito de Thrash Metal por aquí, otro poco de Death Metal por allá. Lo que viene siendo VADER, siempre bien ejecutado. "Into the Oblivion" y "Despair" continúan con potentes y afilados riffs sin dejar un segundo de tregua. La thrasher "Incineration of the Gods" suena algo añeja, rememorando los finales de los 80’s cuando el Death y el Thrash se unieron dando algo más de brutalidad al Metal. "Sanctification Denied" es de los pocos temas que pasan de los tres minutos, un corte pesado con un toque más pausado, a medio tiempo, pero sin perder esos intensos riffs que predominan en el disco.
En "And Satan Wept", otro corte que pasa de tres minutos, brilla el duelo de guitarras y la batería que marca el tiempo a su antojo. En "Emptiness" la melodía se adueña de la canción creando algunos de los mejores solos de "Solitude In Madness". Con "Final Declaration" volvemos a sentir a unos VADER en todo su esplendor, con esos formidables riffs provocando que el headbanging sea obligado. La versión de sus paisanos ACID DRINKERS tiene una pizca más de velocidad que la original, convirtiéndola en un tema más atrevido y agresivo que sin dudas encaja a la perfección en el álbum.
Acercándose al final del corto "Solitude In Madness" está "Stigma Of Divinity", otro rápido tema con un combate de riffs y solos, contundentes y aplastantes. El disco termina con la canción más larga de todo el nuevo trabajo, "Bones", un tema de casi cuatro minutos que desglosa a la perfección lo que VADER representa: guitarras machaconas y veloces, una batería bruta y una inagotable voz de Peter que, dicho sea de paso, no parece dar muestra del paso de los años.
VADER no pierde su esencia en su nuevo álbum
Sin duda estamos ante una obra puramente VADER. Un notable trabajo que quizás no llegue al nivel de sus clásicos, aunque el resultado final es bastante bueno. Los polacos no defraudan: todo lo que necesites oír de ellos esta aquí, cuando llegas a la última nota de "Solitude In Madness" sabes que la banda siempre estará ahí con esa profesionalidad que pocos atesoran.
Discográfica: Nuclear Blast
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