A.A. Williams y su melancolía no superan al neo Folk nórdico de Kalandra en Madrid

Concierto de A.A. Williams en Madrid (sala Moby Dick)
Concierto de A.A. Williams en Madrid (sala Moby Dick)

Crónica del concierto de A.A. WILLIAMS, KALANDRA y LYS MORKE en Madrid (sala Moby Dick, 22 de noviembre de 2023)

De la brutalidad sonora de unos imparables NAPALM DEATH pasé, en sólo tres días, a cambiar completamente de registro para dejarme embaucar por tres propuestas con alta carga emocional, ambiental, folk y electrónica experimental según el caso. Eso sí, cada una de las bandas, A.A. WILLIAMS, KALANDRA y LYS MORKE, a su manera, mostraron su sello y sensibilidad artística en una sala que lució tan sólo a media entrada.

Hay mucho dónde elegir este mes y es obvio que este tipo de sonoridades no son masivas en nuestro país. Lo que tengo claro es que los presentes disfrutamos de tres conciertos muy distintos entre sí pero bajo el denominador común de un gran sonido y cuidada puesta en escena. Cada uno tendrá su triunfador (seguramente irá acorde a sus gustos personales) pero, en líneas generales, el resultado final de la velada creo que fue más que satisfactorio para los asistentes.

LYS MORKE, estallidos de oscuridad

Concierto de Lys Morke en Madrid (sala Moby Dick)
Concierto de Lys Morke en Madrid

En un escenario en el que no cabía un solo cable, instrumento o aparato electrónico más apareció puntual LYS MORKE o, lo que es lo mismo, el proyecto en solitario de la que fuera guitarrista de OBSIDIAN KINGDOM, Irene Talló. En esta ocasión estuvo acompañada únicamente por el percusionista Jaime Díaz-Otero (he visto que en otros conciertos se han presentado en formato de trío) quien también militó como baterista en las filas de los catalanes y, en su media hora de actuación, desplegaron su particular, y no apta para todos los públicos, visión musical llena de emociones y altibajos sonoros que me resulta difícil de describir con palabras.


Actuación de Lys Morke en Madrid

Con una puesta en escena cuidada, tónica general de la velada como comentaba antes, en la que unas proyecciones sobre una tela blanca y un juego de luces, minimalista pero efectivo, fueron los protagonistas presentó temas de su primer EP “Knive Therapy” como la inicial “Fleeting Feeling”, primera de las siete composiciones que interpretó el dúo a la que, tras saludar con simpatía a los presentes y agradecer nuestra presencia, siguió “Wrong Places”.

El no disponer de apenas tiempo hizo que Irene se dirigiera al público lo justo para centrarse en seguir con más temas como “World´s End”, que enlazaron con “Miedo”, o “Vessel/Era” en las que pasaban de las voces suaves y envolventes (y llenas de efectos en ocasiones), aderezadas con ritmos electrónicos y de percusión relajados, a casi gritar de forma desgarrada mientras Jaime aporreaba su platillo y los efectos electrónicos nos transportaban a una especie de rave siniestra. Desde luego consiguieron no dejar indiferente a nadie.


Lys Morke en directo

El tiempo se les agotaba y por ello Irene aprovechó su última intervención para volver a agradecer nuestra presencia y anunciar que les quedaban dos temas por tocar. Las elegidas para dar por concluido un concierto de lo más ecléctico con el que no llegué a conectar, fundamentalmente por mis gustos personales, fueron “Affection” y “Scolopendra”, que siguieron los derroteros del resto, y a cuyo término recibieron unos merecidos aplausos. Si te gustan grupos clásicos del estilo PJ Harvey o MASSIVE ATTACK y la electrónica vanguardista dale una oportunidad a LYS MORKE porque seguro que te sorprende.

KALANDRA reina en la noche con un magistral concierto

Actuación de Kalandra en Madrid
Actuación de Kalandra en Madrid

Tras despejarse algo el escenario de equipo, y añadirse unos cuantos focos frontales en su parte delantera, llegaba el turno de recibir a los noruegos KALANDRA, motivo por el que muchos de los presentes estaban allí esa noche según escuché comentar. Y es que Katrine Stenbekk y sus compañeros consiguieron captar la atención del público en la última gira de LEPROUS donde abrían sus conciertos. Yo no estuve pero, como seguidor del Neo Folk y la música ambiental nórdica tenía mucha curiosidad por ver cómo se desenvolvían en un escenario más pequeño y con algo más de tiempo para tocar. Lo cierto es que lo que ofreció el cuarteto durante los 62 minutos que duró su concierto superó todas mis expectativas y, seguramente, las de la mayor parte de asistentes.

Concierto de Kalandra en Madrid


Ataviados de forma muy apropiada dando mayor credibilidad y vistosidad a su concierto y acompañar su música (dudo que bajen así a comprar el pan) los guitarristas Jogeir Daae y Florian Bernhard, junto al baterista Oskar Johnsen y la citada vocalista Katrine Ødegård (curiosamente no llevan bajista) nos transportaron con su música muy al norte ya desde la inicial y evocadora “Helheim”, corte de su disco “Kingdom Two Crowns: Norse Lands”, en la que Florian tocó su guitarra con un arco. Así, para empezar, dejando las cosas claras de por dónde iban a ir los tiros en su actuación.

Kalandra en Madrid

Kalandra en directo

Centraron su descarga en “The Line”, su disco de 2020, en el que no sólo encontramos temas folkies (o de músicas del mundo) como “The Waiting Game” o ambientales y cuasi místicos como “Borders”, donde la noruega también tocó su pequeño teclado, o “Virkelighetens Etterklang”, en la que Florian se colgó la guitarra acústica, sino que coquetean también en buena medida con el Pop o el Pop/Rock (ningún problema con esto sí es de calidad como es el caso) como en “Slow Motion” o “Naive”, cuyo inicio pausado va aumentando de intensidad para terminar explotando en su parte final con un gran trabajo de su baterista Oskar.


Katrine Stenbekk de Kalandra
Katrine Stenbekk de Kalandra

A estas alturas creo que ya nos tenían conquistados a todos porque no sólo el sonido y la ejecución estaban siendo perfectos sino que el grado de implicación y escenificación de los temas por parte de Katrine, junto al cuidado juego de luces, consiguió transmitir en cada momento lo que su música pretende, evocar sensaciones y sentimientos o transportarte a otros lugares. No me parece algo sencillo de conseguir y ellos lo hicieron a mi parecer de forma más que notable. Y es verdad que la menuda vocalista acapara la mayor parte del protagonismo (o casi todo) pero no sería justo obviar a sus compañeros porque todos ellos aportaron muchísimo al conjunto. Tanto Florian como Jogeir fueron los fieles escuderos a las guitarras, coros e instrumentos tradicionales mientras que me quito el sombrero ante la actuación de Oskar a la batería (con pantallas para disminuir el sonido de los platos y no opacar a los demás instrumentos) porque supo dar a cada tema la intensidad que requería de una manera sobresaliente.

Kalandra en directo en Madrid

Otro momento para guardar en la retina fue el protagonizado durante la interpretación de una especie de jam instrumental donde Jogeir tocó un cuerno de cabra mientras Oskar y Florian le acompañaban con sus respectivos instrumentos y daban descanso a Katrine de una manera muy original y más apropiada que un solo convencional de los que aburren a las piedras. Gran momento que tuvo su continuidad con uno de mis temas favoritos del combo como es “Ensom” y que disfruté muchísimo porque les quedó de lujo. Vamos, como todo lo que tocaron esa noche. Lo cierto es que supieron jugar con los tiempos y las intensidades para equilibrar su repertorio de una manera fantástica.

Kalandra en vivo

El teclado y la dulce voz de Katrine anunciaron la atmosférica y melancólica “It Gets Easier” que dio paso a uno de los temas que más fama les ha dado y que les queda como anillo al dedo. Si, efectivamente, me estoy refiriendo a la versión que hacen de “Helvegen” de WARDRUNA para la que Florian volvió a sacar el arco y, junto a Jorgeir, acompañaron a las voces cantando a tres bandas el tema. Magistral.

Kalandra en concierto en Madrid

Nos acercábamos sin remisión al final y qué mejor que animar el cotarro un poco con la reciente y movida “Bardaginn”, bailada con fervor por la vocalista y en el que cobró sentido el trozo de madera que tenía al lado de su teclado porque fue usado por esta como elemento de percusión al inicio del tema, mientras que la folkie “Brave New World” dio por finiquitado un concierto memorable que, aunque no tuviera mucho que ver estilísticamente, ponía muy alto el listón para A. A. WILLIAMS. Gestos de agradecimiento por parte del grupo mientras recibían una gran ovación y hasta algún obsequio por parte de una seguidora. Increíble concierto el que se marcaron los noruegos.

A. A. WILLIAMS, entre tinieblas

Concierto de A.A. Williams en Madrid

Estoy seguro que para algunos asistentes ya estaba la entrada amortizada, incluso me pareció que había menos gente viendo al cabeza de cartel (teórico porque en realidad A. A. WILLIAMS tocó prácticamente lo mismo que KALANDRA) que a los teloneros. De cualquier manera el escenario terminó de despejarse prácticamente entero a excepción de las dos enormes pedaleras que llevaba la artista inglesa y su compañero, el guitarrista (y teclista ocasional) Matthew De Burgh (una especie de John Lennon de casi dos metros de altura), dejando todo mucho más diáfano y con una gran “A.” luminosa presidiendo. Tampoco llevaban bajista pese a que he visto conciertos suyos recientes en los que si lo tenían. De hecho creo que es el marido de A.A. Williams el que tocaba, ignoro por qué no vino con ellos, u otro músico, en esta ocasión.

Actuación de A.A. Williams en Madrid

Como si padecieran de fotofobia, el escenario quedó prácticamente a oscuras y comenzó a llenarse de humo creando un ambiente como el de una noche de invierno en su Londres natal para jugar con los contraluces rojos y azules, fundamentalmente, dando como resultado que apenas se les viera la cara (tan sólo durante algunos “fogonazos” de luz los vimos) y fueran las siluetas del trío las que se vislumbraran casi permanentemente creando un efecto siniestro e interesante, todo hay que decirlo.

A.A. Williams en Madrid

De este modo arrancaron con “For Nothing” una actuación en la que la compositora londinense presentó su último disco de estudio “As The Moon Rest”, pero sin olvidarse de su primer EP y de su debut “Forever Blue”, conformando un repertorio bastante equilibrado pero que, personalmente, me pareció demasiado corto para la discografía que tiene y estar encabezando su propia gira. Poco más de una hora para diez temas, entre ellos una versión del “Without You I´m Nothing” de sus compatriotas PLACEBO que no acabé de entender por qué tuvo cabida en vez de tocar otro tema propio, me pareció un escaso bagaje para un cabeza de cartel.

A.A. Williams en directo

Dicho esto, y teniendo en cuenta que apenas pronunció palabra entre tema y tema más que algún escueto “gracias” y alguna frase suelta, los adjetivos “sobrio” pero “elegante” creo que casarían bastante bien con lo que nos ofrecieron en sus 65 minutos de actuación que prosiguió con una melancólica, y casi gótica, “Evaporate”, donde Matthew alternó guitarra y teclado, y que es de mis temas favoritos del grupo. La disfruté mucho, para qué mentir.

A.A. Williams en vivo

Tras la citada versión de la banda de Brian Molko echaron la vista atrás para dedicar la parte central de la descarga a sus trabajos pretéritos tomando el protagonismo “Forever Blue” y el EP “A.A. Williams” enlazando prácticamente sin pausa “Love And Pain”, “Control”, “Wait” y “Belong” bajando la intensidad del concierto en buena medida y mostrando el lado más emotivo y sentido de la guitarrista. Es su música y su forma de expresarse pero creo que este tramo hizo desconectar a buena parte de la audiencia porque empezó a escucharse algún que otro murmullo. Está claro que conectar en directo con una música tan personal no siempre es sencillo, y más si no eres muy seguidor de la misma, pese a que el respeto a los artistas esa noche se cumplió escrupulosamente.

Show de A.A. Williams

Volvieron a recalar en “As The Moon Rest” para terminar su presentación con “Pristine” y el corte que le da título dejando ver su lado más shoeghaze por así decirlo y las que gozaron, seguramente, del beneplácito del sector más metalero presente en la sala. En ellas el baterista Wayne Proctor elevó la intensidad de sus golpes que, en la mayor parte del tiempo, fueron más sutiles que otra cosa para no tapar los matices de la interpretación de sus compañeros y los susurros de la señora Williams. También muy correcta fue su actuación.

“Melt” fue la elegida para cerrar su escueta descarga siendo despedida con menos fervor que sus predecesores (aunque la vimos al fin sonreír, por lo menos tímidamente) pero que, salvo en la duración, estuvo a la altura de lo esperado con una ejecución brillante y, para no variar, un sonido cristalino. Curiosamente iba por ella al concierto y me topé con unos KALANDRA que, para mí, se llevaron el gato al agua esa noche totalmente. De cualquier modo da gusto poder disfrutar de este tipo de propuestas “diferentes” en tu ciudad por lo que el balance, como decía al principio, fue más que positivo a todos los niveles.

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