Las gemelas HARP TWINS desafían la probabilidad con un mágico concierto en Madrid

Crónica del concierto de HARP TWINS (20 de febrero de 2024, sala Rockville)

La probabilidad podríamos definirla como el mayor o menor grado de posibilidad de que un evento aleatorio se produzca. Atendiendo a esto, ¿cómo de probable sería que dos chicas estadounidenses fueran seguidoras del Rock y el Metal? Seguramente bastante probable, es un país es muy grande. ¿Y que esas dos mismas chicas fueran hermanas y además gemelas? Aquí ya la cosa se reduce más. ¿Y que además de seguidoras del Rock y el Metal esas dos gemelas tocaran un instrumento tan difícil y poco común como el arpa? Aquí ya estaríamos rizando el rizo. Por último, ¿cómo de probable sería que esas gemelas arpistas formaran un dúo y en su primera gira europea tocaran en nuestro país? A priori yo hubiera dicho que la probabilidad sería muy cercana al cero. Pues bien, HARP TWINS, que así se hacen llamar Camille y Kennerly Kitt artísticamente ponen a prueba las leyes de la probabilidad casi con su mera existencia, pero ahí las teníamos dispuestas a dar lo mejor de sí mismas sin importar la escasa audiencia que se dio cita en la Rockville.

Y hablando de audiencia, ¿qué público potencial puede tener un artista de sus características fuera de un festival de música celta? La verdad es que más allá de que intuía que no seríamos muchos, no tenía muy claro el perfil de los asistentes. Ecléctico, y de lo más variopinto, sería un buen calificativo porque, aunque efectivamente había aficionados al Metal, había bastantes asistentes que no creo que fueran seguidores de ninguna rama del género pero seguramente sí del instrumento que tocan las gemelas Kitt. Da igual porque creo que todos los presentes disfrutamos de los 75 minutos que nos brindaron y satisficimos nuestra curiosidad porque, para qué mentir, un concierto de estas características es algo bastante curioso de ver.

Las gemelas Kitt y los gemelos Vølfgang

Con puntualidad se abrieron las puertas de la sala y en el puesto de merchandising, del que se ocupaba la madre de las arpistas (todo queda en familia), se encontraban tanto las gemelas Kitt como los gemelos Vølfgang, que las acompañarían en el escenario con sus tambores durante la segunda mitad del concierto aproximadamente. Ciertamente la combinación de ambos elementos casó mucho mejor de lo que en un principio esperaba y su unión en esta gira ha sido un acierto.

Obviamente no es la primera vez que veo a algún músico estar en su puesto de merchandising (aunque suele ser al finalizar el concierto y no antes) pero sí que hacía mucho tiempo que no veía tanta predisposición a agradar y a hacerse fotos con cualquiera que se acercara y se lo pidiera, compraran o no algún artículo de su amplio catálogo. Me puedo equivocar pero creo que no era una pose sino verdadero interés por conocer a sus seguidores. En los tiempos que corren donde cobrar dinero por el meet & greet es una costumbre más que extendida (y no sólo por grandes nombres sino por bastantes “mindundis” también) me agradó mucho comprobar que aún hay artistas que agradecen con una sonrisa (perenne la tuvieron dentro y fuera del escenario), una foto o un apretón de manos que gastes tiempo y dinero en ir a verles. Es un gesto que las honra porque, aunque en Madrid no llegáramos al medio centenar de personas, no podemos obviar que sus canciones tienen casi 150 millones de visualizaciones en You Tube… poca broma.

Versiones de Rock, Heavy Metal y más

Centrándonos ya en lo más importante, la música, su actuación se basó en una selección de las versiones que las han dado notoriedad en el mundillo del Rock y el Metal que han ido sacando en sus cuatro volúmenes de “Harp Attack”, composiciones propias (menos de las que me hubiera gustado, la verdad) y alguna adaptación al arpa de temas televisivos propicios a ello como el de “Game Of Thrones” o “If I Had A Heart” de la serie “Vikings”.

Curiosamente arrancaron con puntualidad, tras darnos la bienvenida y agradecer nuestra presencia, con el “Nothing Else Matters” de los hombres de negro. Mira que he escuchado versiones de todo pelaje de esta canción pero nunca pensé que la escucharía en arpa. Por supuesto sonó de lujo como todo lo que tocaron esa noche y aunque creo fueron a lo “fácil”, eligiendo versiones de temas tan manidos que ya los aborreces un poco (o un mucho, según el tema en cuestión), escucharlos arreglados para dos arpas eléctricas fue toda una experiencia e hizo de esas versiones algo distinto y hasta diría que especial, por trilladas que estuvieran, que lo están.

Todo lo que acabo de decir se puede aplicar sin problema a canciones que no necesitan presentación como “Dream On” de AEROSMITH, la primera versión de un tema rockero que hicieron hace ya doce años; “Highway To Hell” de DEEP PURPLE, “Don't Fear The Reaper” de BLUE ÖYSTER CULT, la más “rara” de la velada (con eso está todo dicho) cuyo inicio fue interrumpido un par de veces para hacer un par de chascarrillos, o su tema favorito para interpretar en directo que no es otro que “Fear Of The Dark” de IRON MAIDEN. Creo que su adaptación del mismo es espectacular y, aunque ya sabemos lo “quemada” que está, fue la que más me gustó de cuantas adaptaciones tocaron esa noche.

Como decía antes interpretaron también temas propios como las evocadoras “Secrets Of Sirens” o “The Wolf Lullaby”, donde además de tocar el arpa también cantaban de manera notable pero, sin embargo, la primera vez que escuchamos sus voces fue en una vieja canción infantil, bastante oscura todo sea dicho, llamada “The Hearse Song (The Worms Crawl In)” y que, por lo visto, su letra ha ido variando a lo largo de los años por lo que ellas han hecho su propia versión. En ella Camille y Kennerly se fueron alternando en las tareas vocales y lo cierto es que cumplieron más que de sobra en estos menesteres también.

La simpatía y el dinamismo de HARP TWINS

Además, no sólo se dedicaban a tocar y cantar, también hacían pequeñas coreografías entre ellas con el arpa moviéndose por el escenario de manera vistosa y tampoco se limitaban a presentar las canciones de un modo usual sino que lo hacían con largas intervenciones cargadas de simpatía y humor (aquí la barrera idiomática fue un problema para más de uno me temo) e, incluso, teatralizándolas en cierto modo dejando patente su vena de actrices. No en vano también han hecho sus pinitos en series y películas. Desde luego, parecen auténticas mujeres del Renacimiento.

Tras la citada “Fear Of The Dark”, y una larguísima introducción con constantes bromas sobre su origen vikingo, aparecieron enérgicamente en escena al fin los gemelos Vølfgang, Drømil y Drømal (parece una broma, pero así se llaman), que acompañarían a Camille y Kennerly hasta el final de la actuación dando un interesante contrapunto con sus tambores y rudo aspecto a las armoniosas melodías y pinta angelical de las americanas.

Sus primeras intervenciones fueron para acometer las versiones de las televisivas “If I Had a Heart” y el tema principal de “Game Of Thrones” antes de volver al campo de los temas propios con “Call Of The Valkiries”, canción de HARP TWINS grabada con los gemelos de origen germano, su particular homenaje a la herencia nórdica de sus ancestros (por lo visto descienden de noruegos, suecos y fineses) en forma de “Nordic Solstice” o “Secret Mountain”, donde uno de los gemelos (vaya usted a saber cuál era) uso las astas de ciervo que decoraba su tambor para la percusión. Desde luego creo que la unión de las dos parejas, por increíble que pudiera parecer, funciona en directo. Y mucho.

Tan sólo un par de canciones más formaron parte de un repertorio que se nos hizo corto, fundamentalmente porque lo era, pero también porque supieron hacer muy ameno y fluido el ritmo de su concierto prueba de que, aunque fuera su primera gira europea, tienen muchísimas tablas sobre un escenario como dejaron patente esa noche, ya sea ante grandes audiencias o ante decenas de personas como fue el caso de la capital. Así, una curiosa versión del “Paranoid” de BLACK SABBATH, en cuyo final se medio equivocó uno de los gemelos haciéndoles esbozar una de las pocas sonrisas que vi en su impasible rictus esa noche, y el “Paint It Black” de sus satánicas majestades, previó a un discurso de agradecimiento e invitación a charlar con ellas después del concierto de nuevo, puso el punto y final a una velada atípica. Atípica pero a la que no me arrepiento en absoluto de haber asistido puesto que, como seguidor de la música celta, el arpa es un instrumento que me gusta mucho y las Kitt son realmente brillantes con él.

No sé si con semejante respuesta volveremos a ver por aquí a HARP TWINS, pero espero que esta primera incursión europea no sea la última y, si vuelven a recalar en Madrid, allí que estaré. Ojalá poco a poco el boca a boca las haga lograr mayores audiencias acordes al talento y la simpatía que derrocharon. Razones hay de sobra para ello.

Más sobre HARP TWINS en su web oficial.