Crónica de la primera jornada del festival Hellfest Open Air 2023 (jueves 15 de junio, Clisson - Francia)
Hablar de Hellfest Open Air 2023 es hacer mención a un evento mastodóntico con el que uno se quedaría corto de adjetivos. Este festival ha pasado de tener carteles que atraían a unos pocos seguidores de toda Europa, a convertirse en un fenómeno de masas con una oferta prácticamente envidiable para otros festivales. Sin embargo, no me detendré más y comenzaré a transmitir todas las sensaciones que nos ha brindado Hellfest, al que una vez más hemos tenido la oportunidad de asistir en Clisson, la llamada City Of Rock.
Las infraestructuras de Hellfest
Comenzando por el camping, está dividido en distintas parcelas nombradas según colores. Aquellos que buscan fiesta se quedan en la zona blanca, mientras que aquellos de mayor edad prefieren las parcelas más alejadas. Como antesala, encontramos el llamado Metal Corner, un espacio donde reunirse antes y después de los conciertos para seguir la fiesta hasta altas horas de la madrugada. Cabe destacar su gran similitud con el BeerGarden de Wacken, con una amplia terraza repleta de sombrillas para protegerse del ardiente sol y una variada oferta culinaria.
Justo al lado del Metal Corner, se encuentran unas instalaciones con diversos stands denominadas HellCity. Allí encontramos presencia de marcas como Harley Davidson y Sea Shepherd, así como un puesto de tatuajes donde los más atrevidos pueden plasmar el logo del festival u otros diseños (aunque algunos corren el riesgo de sufrir infecciones). También hay una peluquería-barbería para lucir un aspecto impecable y elegante durante los conciertos. Dentro de esta sección se encuentra el Metal Market, un mercadillo dividido en dos naves donde se puede encontrar una amplia selección de ropa, discos, parches e incluso una sección dedicada a la literatura, donde se venden cómics, incluyendo los tebeos oficiales del propio festival.
Mención aparte merece la entrada al recinto, caracterizada por farolas adornadas con estandartes que recrean de forma medieval la marca del festival, todo ello rodeado por un imponente muro de acero negro con el logo del festival grabado en él.
Como medio de prensa, tuvimos acceso a una zona reservada que deslumbraba con sus instalaciones de gran inversión, propias de magnates inmobiliarios. En ella, encontramos un pequeño lago con una cascada, sobre el cual cuelga un cartel de "prohibido bañarse". Aunque las aguas no lucían muy atractivas desde el primer día, solía ser frecuentado por algunos intrépidos. Esta zona de descanso cuenta con un bar, una pantalla donde se pueden ver los conciertos de los escenarios principales y una terraza con una imponente fuente redonda de unos tres metros de altura. En la fuente, se encuentran cuatro esculturas que evocan a los Nazgûl de El Señor de los Anillos, aunque sin armas, y el agua que fluye simula sangre, creando un efecto impactante.
Dentro de la zona VIP se encuentra una instalación especialmente diseñada para la realización de ruedas de prensa, entrevistas y una exposición de fotografías de las diferentes bandas que han actuado en Clisson. Destacamos en particular lo que llamaremos "el muro de los caídos", una pared repleta de retratos al óleo de grandes figuras del Metal que ya nos dejaron, como Chester Bennington, Alexi Laiho, Jeff Hanneman y Joey Jordison. En el centro, se encuentra un retrato de gran tamaño de Lemmy, un homenaje emotivo a aquellos artistas que partieron, algunos de ellos demasiado pronto y en circunstancias trágicas.
Continuando con la descripción de las novedades de este año, al ingresar al recinto nos encontramos con un templo de estilo neoclásico de inspiración satánica en lo que solía ser la zona del escenario Valley Stage. Este templo, llamado The Sanctuary, está dedicado exclusivamente a la venta de merchandising del festival y generaba largas filas todos los días. Cabe mencionar que el escenario Valley Stage ahora se encuentra frente al Warzone, y justo a medio camino se erige una estatua de acero en honor al añorado Lemmy.
Además de las novedades mencionadas, al lado de la zona de comidas destaca una escultura gigante de una calavera adornada con mariposas y cubierta por una pátina plateada. Esta imponente obra descansa sobre un cubo blanco de aproximadamente tres metros de altura. También merece mención la presencia de otra escultura en el bosque, donde los asistentes pueden resguardarse del abrasador sol. Esta escultura representa un busto femenino que se desintegra de derecha a izquierda hasta revelar su cráneo.
Por último, pero no menos importante que las novedades previamente mencionadas, las torres de sonido han sido reemplazadas por cuatro torres permanentes que, durante la noche, lanzan fuego, acompañando de manera casi perfecta a las bandas que se presentan en ese momento.
El festival puede ser descrito como un auténtico Disneyland del Metal, en el que cada detalle está pensado exclusivamente para los fans. Su magnitud es innegable y ha logrado un éxito rotundo, incluso llegando a hacer historia. Sin embargo, no todo es color de rosa, y es necesario destacar un aspecto en el que la organización debe tomar medidas lo antes posible: la salida del recinto. Esta se convierte en un verdadero cuello de botella, donde se congrega una gran masa de personas caminando como en una procesión, con una sensación de peligro latente que persiste hasta abandonar esta área. No sabemos cómo podrán resolver este importante problema, pero dada la magnitud del evento, confiamos en que la organización encontrará una solución adecuada.
CODE ORANGE
El primer día del festival arrancó en el Mainstage 2 con la impactante presentación de la banda estadounidense CODE ORANGE, proveniente de Pittsburgh, Pennsylvania, y su arrollador Hardcore Punk.
Fueron los encargados de inaugurar esta decimosexta edición con una entrada triunfal al son de "I'm Gonna Getcha Good!" de la cantante Shania Twain, seguida de su tema debut "Grooming My Replacement" y "Swallowing The Rabbit Whole" de su álbum "Underneath".
Esta agrupación desborda una energía asombrosa, especialmente el vocalista Jami Morgan, quien se hizo una herida en la rodilla que provocó una visible pérdida de sangre. A pesar del dolor evidente, no se detuvo y continuó con su actuación, dejando en claro su dedicación y pasión por el espectáculo. Fue un comienzo de jornada realmente destacado que preparó al público para el resto de bandas que vendrían a continuación.
KAMIZOL K
Continuamos con esta banda de Lyon y su Thrash Hardcore, KAMIZOL K, esta vez tocando en el escenario Warzone, cuyo nombre hace verdadera justicia al ambiente que se vive con cada banda y al público que se congrega en esta parte del festival.
La formación está compuesta por dos vocalistas, uno masculino y otra femenina, y la composición de cada canción está perfectamente diseñada para que ambos se turnen los versos.
KAMIZOL K demuestra un claro potencial y una energía propia del subgénero al que pertenece, logrando cautivar a todo el público presente. Y afortunadamente, el público no se reduce a unos pocos asistentes -lo que podríamos señalar comúnmente como "cuatro gatos"- ya que, una vez más, los seguidores franceses demostraron su apoyo al talento nacional.
IN FLAMES
Acercándose la noche, los suecos IN FLAMES hacían acto de presencia en el segundo escenario principal para presentar su último álbum, "Foregone". Comenzanron con la introducción de su último trabajo, titulada "The Beginning Of All Things", seguida de su más reciente debut "The Great Deceiver", encendiendo al público desde los primeros estribillos.
Ver a IN FLAMES recientemente se había vuelto insulso y carente de matices, dejando a los fans más leales con una sensación de decepción que solo podía ser aliviada escuchando algunos de sus primeros trabajos en casa. Sin embargo, este último trabajo ha despertado sensaciones que muchos creíamos olvidadas. Tal vez sea gracias al toque de Chris Broderick o al hecho de que Anders Fridén ha redescubierto su voz, llegando a tonos que casi podrían compararse con los del álbum "Come Clarity". Quién sabe... Lo que sí podemos afirmar es que IN FLAMES ha logrado recuperar antiguos fans, como el que escribe estas líneas, gracias a su último álbum y a este concierto.
Siguiendo con los pormenores de esta actuación, los suecos interpretaron "Darker Times", una canción que no tocaban desde 2017. Pero la banda retrocedió aún más en el tiempo para deleitarnos con "Behind Space". Temas como "Cloud Connected" y "The Mirror's Truth" continuaron la velada, y no podían faltar sus mayores éxitos, como "Only for the Weak" y "I Am Above". Para despedirse, no pudieron hacerlo de otra manera que con "Take This Life", despertando toda la agresividad del público presente y manteniendo los cuernos en alto durante varios minutos.
No sabemos cuándo será la próxima vez que podremos ver a esta mítica banda de Death Metal Melódico, pero han avivado el deseo de hacerlo lo antes posible.
ARCHITECTS
Con la noche casi avanzada, ARCHITECTS, la banda procedente de Brighton, Inglaterra, hizo acto de presencia con una escenografía impresionante llena de neones y plataformas que daban la sensación de que los componentes del grupo estaban en diferentes perspectivas. El inicio fue con "Nihilist", donde el vocalista Sam Carter demostró su talento vocal envidiable y mantuvo un nivel de profesionalidad impecable durante toda la actuación.
Temas como "Giving Blood" y "Deep Fake" continuaron la presentación hasta llegar a "Doomsday", una canción dedicada con mucho cariño a PARKWAY DRIVE y a Tom Searly, hermano del baterista Dan Searle, quien falleció en agosto de 2016. Este momento emotivo arrancó aplausos de todos los asistentes, y la banda no disminuyó ni un ápice su potencia y sensibilidad en cada una de las canciones interpretadas en vivo, contagiando así a su público y ganándose su admiración.
Para culminar un concierto más que satisfactorio para los amantes del Metalcore presentes, aprovecharon al máximo la hora de espectáculo asignada con cortes como "Impermanence", "A New Moral Low Ground" y, para terminar, su último sencillo llamado "Animals", donde se podía sentir cómo el suelo temblaba por la cantidad de personas que saltaban y se involucraban en el mosh.
KISS
Llegaba el momento del cabeza de cartel del día. Independientemente de si uno es seguidor de KISS o no, es innegable el asombroso espectáculo que ofrece, con una actuación propia de las estrellas del Rock que son. Todo esto se lleva a cabo con tintes épicos permitidos por la organización del festival, a pesar de las negaciones de cierto cuarteto estadounidense, cuyo nombre no quiero recordar.
El show comenzó con una impactante introducción en la que se veía a los miembros de la banda saliendo de sus respectivos camerinos y con muñecos inflables a ambos lados del escenario simulando estatuas de piedra de los integrantes del grupo. Luego, hicieron su entrada triunfal con "Detroit Rock City", reventando el telón que cubría el escenario, mientras Gene Simmons, Paul Stanley y Tommy Thayer descendían en sus respectivas plataformas desde la parte superior. Pirotecnia y llamas acompañaron este primer tema y se mantuvieron presentes durante todo el show.
La despedida del cuarteto neoyorquino mantuvo a todos los asistentes en un estado de euforia constante, llenando los oídos de nostalgia con canciones como "Shout It Out Loud", "Deuce" y "War Machine", en las cuales Gene Simmons tomó las riendas vocales, dándole un descanso a Paul y asumiendo un papel protagónico que siempre le ha gustado. Aunque algunos podrían considerar esto como algo negativo, en realidad le aporta dinamismo a un espectáculo que de otra manera podría volverse repetitivo. Y hablando de Gene Simmons, continuó liderando el concierto con "I Love It Loud", en un momento en el que tomó una espada con el mango en llamas para escupir fuego y finalmente clavarla en el escenario.
Fue un espectáculo cuidadosamente planeado y ensayado hasta el más mínimo detalle, en el que Paul y Gene se turnaron el protagonismo vocal en diferentes partes, sin pisarse el uno al otro en ningún momento. Esto transmitía una complicidad evidente entre ellos y evitaba cualquier indicio de aburrimiento, a excepción de los solos de guitarra de Tommy Thayer, de batería de Eric Singer y de bajo a cargo de Gene Simmons. Aunque estos músicos sean virtuosos, a veces se percibe una sensación de relleno innecesario, que podría haberse utilizado para tocar más canciones. Sin embargo, no se les puede exigir demasiado a las estrellas del Rock...
En el momento de "God Of Thunder", el bajista subió a una plataforma en la parte superior del escenario, donde se proyectaba en la pantalla su rostro después de haber escupido sangre y mostrando su distintiva lengua. Pero el espectáculo debía continuar con "Love Gun" y "Black Diamond", dando paso a los bises del show. Para cerrar un concierto digno de recordar, Eric Singer se sentó al piano para interpretar "Beth", un momento emotivo que no puede faltar en ningún concierto de KISS, seguido de sus icónicos temas "I Was Made For Lovin' You" y "Rock All Roll All Nite", que no podían faltar.
Fue un concierto de despedida con una selección de canciones muy bien elegida, que en ningún momento se volvió tedioso. Esperamos que este adiós sea auténtico y no simplemente otra forma, ya conocida, de hacer dinero ante la posibilidad de no volver a verlos en el futuro.
HYPOCRISY
Los suecos HYPOCRISY presentaron todo su material, proveniente de las profundidades del espacio, en un oscuro escenario Altar. Comenzaron su concierto con "Fractured Millennium", "Adjusting The Sun" y, para rematar el inicio, con su mítico y añorado tema "Eraser". Sin embargo, después de este comienzo apoteósico, en mi opinión, las canciones elegidas no fueron las más acertadas, lo que hizo que parte del concierto se volviera un tanto pesado, especialmente considerando la hora en la que se desarrollaba. Los temas a los que me refiero son "Imponent God", "Chemical Whore" y "Don't Judge Me".
En mi opinión, el grupo suele caer en el mismo patrón, ya que a mitad del concierto suelen tocar temas menos atractivos. Afortunadamente, suelen recuperarse con un final bastante jugoso, presentando canciones como "The Final Chapter" y "Roswell 47", lo cual evocó una fuerte sensación de nostalgia.
BEHEMOTH
Venida desde las entrañas del infierno, la banda polaca BEHEMOTH hizo su aparición en el escenario Temple, donde no había ni un solo hueco disponible entre el público, para brindarnos un espectáculo que iba in crescendo a medida que avanzaba. El grupo comenzó con la introducción "Post-God Nirvana" para luego deleitarnos con su magistral "Ora Pro Novis Lucifer", ganándose a todos los espectadores presentes.
Se trataba de un espectáculo meticulosamente ensayado y estudiado hasta el más mínimo detalle, donde Nergal se destacaba como el absoluto protagonista, dejando claro que es uno de los mejores frontman del Metal y que vive cada una de las canciones interpretadas con una intensidad desbordante. Entre los temas destacados se encontraban el reconocido "Conquer All", "The Deathless Sun" y "Blow Your Trumpets Gabriel". Personalmente, me sorprendió escuchar en vivo "Daimonos" de su álbum "Evangelion", lanzado en 2009, un corte poderoso que evita caer en la excesiva dulzura que a veces se encuentra en algunas de las canciones de su último trabajo, "Once Upon A Pale Horse".
Antes de dar paso a "Versvs Chirtvs", Nergal subió a unas plataformas instaladas a ambos lados del escenario, portando un incensario y vestido con una túnica roja, simulando una misa pero en realidad representando una completa antítesis. Los polacos continuaron con "Ov Fire and The Void", otro tema de su álbum "Evangelion", con fuertes influencias de Death Metal más que de Black Metal, lo que lo hace especialmente notable cuando se presencia en directo.
Un telón de oscuridad y algunas antorchas de fuego fueron el preludio para "Bartzabel", durante la cual Nergal llevaba una mitra sobre su cabeza, simulando ser un alto cargo de la iglesia satánica, que no se quitó ni siquiera al terminar el espectáculo con "Chant For Eschaton 2000". En el inicio de su estruendoso final, Nergal pidió al público que se cuidaran y protegieran mutuamente, para luego concluir con un poderoso "Hail Satan" repleto de fuego y sangre. Para que luego digan que los satánicos son malas personas.
PARKWAY DRIVE
Ya bien entrada la noche, los australianos PARKWAY DRIVE hicieron su entrada triunfal en el escenario, el cual estaba dividido en distintos niveles, recordando en cierta medida al de ARCHITECTS, pero simulando unas trincheras. Comenzaron su actuación con "Glitch", perteneciente a su álbum "Darker Still", su trabajo más insulso hasta la fecha. Es una banda que, desde el momento en que aparece en escena, tiene al público bajo su control, y lo demostraron con temas como "Prey" y "The Void", extraídos de su penúltima obra titulada "Reverence", logrando que todos los asistentes saltaran y se sumergieran en un continuo mosh que dejó alucinado a Winston McCall.
Sin embargo, no todo en su último LP se reduce a sombras, y el quinteto australiano lo sabe perfectamente. En su lista de canciones incluyeron lo que podría considerarse su corte más adictivo, "Soul Bleach". Luego, continuaron con "Vice Grip" y "Dedicated", desatando un espectáculo digno de mención que se vio acompañado por efectos pirotécnicos.
Como colofón a este primer acto, Winston apareció aupado por los miembros de seguridad y entre el público, dando paso a "Idols And Anchors", donde solicitó la formación de un circle pit a su alrededor. Mientras la canción continuaba, fue llevado en volandas hasta el foso para luego regresar al escenario.
En su segundo acto, PARKWAY DRIVE contó con la colaboración de dos violinistas y una chelista, quienes interpretaron una pieza musical que dio paso a "Shadow Boxing", seguida de "Darker Still". Sin embargo, este último tema provocó una notable disminución de la energía en el espectáculo, y la técnica vocal de Winston en las voces limpias dejaba mucho que desear. Quizás solo necesite tiempo para mejorar esta faceta, pero por ahora se queda en un intento fallido. Este momento anterior podría considerarse otro preludio a un pico de alta tensión con "Bottom Freedom", acompañado de un impresionante despliegue pirotécnico, y donde cada miembro de la banda se desataba en sus pequeñas parcelas del escenario.
Para dar inicio a su tercer y último acto, una de las violinistas interpretó una pieza que fue recibida con aplausos emocionados por parte del público, creando así un escenario envuelto en llamas para los primeros acordes de "Crusher". Las llamaradas se elevaban a los lados del escenario e incluso en la estructura superior que unía los dos escenarios principales del festival. Para finalizar, los integrantes de PARKWAY DRIVE se acercaron al borde del escenario para agradecer todo el apoyo recibido durante el espectáculo y a lo largo de su carrera. Luego, Jeff Ling comenzó a tocar las primeras notas de "Wild Eyes", y no fue necesario pedir al público que entonara los coros de acompañamiento, ya que sabían que era inevitable corear esa tan reconocida melodía.
Crónica y fotos de Carlos Clayman
Más información sobre el festival Hellfest Open Air en su web oficial.
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