Crónica del concierto de MASTER y TOTENGOTT en Madrid (sala Silikona, 4 de noviembre de 2023)
Que Paul Speckmann es una leyenda del Death Metal lo considero fuera de toda duda. Sus primeros proyectos ABOMINATION y DEATH STRIKE (aunque sean Thrash Metal) y su banda, MASTER, supusieron junto a otros ilustres nombres como POSSESSED, DEATH, MORBID ANGEL o XECUTIONER un punto de inicio para que otras muchas bandas desarrollaran su sonido dando lugar a un género en sí mismo. No hay muchos que puedan poner eso en su currículo… Pero además, le considero un currante nato, por y para la música, y no sólo editando discos o tocando sobre un escenario ya que antaño no era raro verle haciendo de roadie para otras bandas o hasta vendiendo merchandising si era menester. Hay que buscarse la vida y está claro que el estatus de banda de culto de su criatura no siempre es suficiente para pagar las facturas.
Once fechas en España, para un total de trece en la península ya que dos eran en Portugal, dan una idea de que Speckmann no tiene ningún problema en tocar allá donde se le requiera dando la oportunidad a ciudades que siempre se quedan fuera del circuito habitual de conciertos de disfrutar de una banda tan veterana como mítica es MASTER. Parece ser que, independientemente de qué teloneros tuvieran, la respuesta en líneas generales ha sido bastante buena. De hecho en Madrid hubo más gente de la que esperaba (bastante más que las dos últimas veces seguro) aunque estoy convencido de que la clave radicó en que el concierto fue un sábado y esto animó a más de uno a acercarse a la sala Silikona de Moratalaz que, de haber sido entre semana o el domingo, se habría quedado en su casa.
TOTENGOTT convence a la audiencia
Sea como fuere, el ambiente era bastante bueno cuando los asturianos TOTENGOTT, la banda invitada fija en las fechas españolas, arrancaron su actuación. Una descarga que gustó y convenció a los que la vimos, según pude constatar a su término hablando con varios conocidos que por allí estaban. Con ese nombre parece fácil de suponer que su propuesta es deudora en gran medida del legado que Tom G. Warrior ha creado tanto con CELTIC FROST (de hecho en sus inicios eran una banda tributo a los suizos según he leído) como posteriormente con TRIPTYKON. No es el grupo más original del mundo (ni falta que hace) pero lo que hace, lo hace bien.
Con buen sonido y penosas luces, los comandados por Chou Saavedra, que apareció ataviado con una especie de túnica con capucha que poco o nada (según el momento) dejaba ver su rostro, y perfectamente secundado por el bajista Nacho Void, el más activo del trío que el baterista José Mora completa, dieron una descarga muy representativa de una hora de duración en la que tuvieron cabida cortes de sus dos trabajos editados hasta la fecha, “Doppelgänger” y “The Abyss”.
Además, como su última entrega data de 2019, también aprovecharon la coyuntura para mostrarnos un par de cortes de lo que será su próximo disco, que está siendo mezclado, en forma de “Marrow Of The Soul” y “The Architect”, si no me equivoco, las cuales sonaron francamente bien.
Aunque se encuadran en el Doom/Death Metal, buena prueba de su lado más cañero pudiera ser “Ceremony II: The Way Of Sin”, me gustó mucho lo que ofrecieron en otros cortes como “Satan Beside You” o “Delusion Of Negation”, ambas de su ópera prima. Pero, sin duda, la extensa “Doppelgänger II: The Abyss” con más de veinte minutos de duración, y que supuso el colofón a su actuación, creo que refleja que su horizonte va un poco más allá ya que en ella pudimos comprobar otros matices y aportaciones vocales, tanto de José como de Nacho, aunque no había sido la primera vez que lo habían hecho en el concierto. Muy buenas sensaciones las que dejaron a tenor de la ovación cosechada mientras se bajaban del escenario. Habrá que estar atento a su próxima e inminente entrega.
MASTER, una fiesta de Death Metal
La última vez que vi a MASTER fue, casualmente, también en Silikona en 2017. En aquella ocasión recuerdo que el mal sonido empañó en buena (o mucha) medida la descarga de los americanos afincados en la República Checa en la actualidad. Tuvo muchos parones y no me dejó la mejor de las impresiones. Por todo ello era algo escéptico sobre cómo se desenvolverían en esta ocasión en la misma “plaza”.
Aunque durante la prueba de sonido y últimos ajustes vi a Paul un poco contrariado pidiendo explicaciones a los técnicos de la sala, lo cierto es que el cambio del equipo de sonido de Silikona, concierto a concierto, sigue demostrando que ha sido todo un acierto porque no son pocos los bolos que programan al año y, en mi experiencia personal, sus prestaciones en este sentido han mejorado muchos enteros con respecto al pasado, que era una auténtica lotería. Y casi nunca ganabas. Yo todavía no he ido a un concierto allí en su etapa más reciente que haya sonado mal, y MASTER no fue la excepción afortunadamente. Otra cosa es el tema de las luces… que sigue siendo para mí un auténtico misterio por qué se empeñan en que sean tan mediocres cuando tienen equipo para lo contrario.
De manera sorpresiva, y cuando parecía que seguían aún probando sus instrumentos, “Master”, la canción, sirvió de pistoletazo de salida a una descarga que de nuevo no gozó, en mi opinión, del ritmo adecuado pero que la gente disfrutó como si no hubiera un mañana con pogos casi continuos y más y más intensos según pasaban los minutos y caían las cervezas. Se respiraba un ambiente festivo en toda regla a ritmo de Death Metal de la vieja escuela.
Los presentes tenían ganas de MASTER y me dio la sensación que poco importaba si caían clásicos de sus dos primeras obras como “Pliedge Of Allegiance”, “Judgement Of Will”, “Submerged In Sin” o “Terrorizer” o, por el contrario, sonaban temas más recientes del tipo “Subdue To The Politician” (este ya se ha convertido en un pequeño “clásico” si se me permite), “Smile As You Told” o “The Inner Strength Of The Demon” y “Vindictive Miscreant” del disco de mismo nombre y último hasta la fecha editado por Speckmann y compañía. La respuesta por parte del público fue buena hacia todos ellos ayudando a generar un gran ambiente y mejorando las sensaciones del concierto.
El líder del trío es un tipo carismático y se notó su autenticidad y saber hacer a lo largo de la actuación. Ya es sexagenario pero mantiene la actitud de un chaval (o mucho mejor viendo cómo se las gastan algunos jovenzuelos que parece que les cuesta tocar una nota) y su cavernosa e inconfundible voz en un gran estado de forma. Las canas en su melena y la larga barba de profeta le delatan, pero estuvo a la altura de la leyenda que es tanto vocal, como instrumentalmente. Eso sí, siempre con los pies en el suelo mostrándose dicharachero en el escenario (tal vez en exceso para mí gusto) y muy cercano a sus seguidores fuera de él. Desde luego nadie le puede acusar de ir de “estrella del Death” porque es la antítesis a esa actitud. Esto siempre se agradece y que estuviera arrasado el merchandising dio prueba de que tiene el cariño (y el dinero) de sus seguidores para mantener viva la leyenda un poco más.
Desde hace ya veinte años, aunque con algún lapso de tiempo ausente, el estadounidense tiene en el guitarrista Alex Nejezchleba un fiel escudero que se ha empapado del sonido primitivo que MASTER tiene de manera más que evidente y ha ayudado al bajista a “parir” todos los discos editados desde “The Spirit Of The West” de 2004. Lo compenetrados que están volvió a quedar patente esta noche en todo momento. Por su parte el recién llegado, Peter Bajči, me convenció tras los parches y su labor empastó perfectamente con la de Speckmann conformando esa base rítmica tan característica que hace que MASTER suene a MASTER. Por este puesto han pasado muchos músicos y parece que Paul ha sabido elegir bien de nuevo con el joven baterista checo.
La veloz “Betrayal” provocó pogos y empujones a partes iguales y, como no podía ser de otra manera, también tuvimos el habitual recuerdo a DEATH STRIKE, esta vez en forma de “Re-Entry And Destruction” que puso la sala patas arriba y sonrisas en la cara de los asistentes a su término. Con ella encarábamos la recta final del concierto que, curiosamente, tuvo dos discos de la pasada década como “The Witchhunt” y “The New Elite” como protagonistas con “Another Suicide” y “Remove the Knife”, respectivamente, dejando claro que apuestan por casi todos sus trabajos y que no sólo de sus primeros discos se nutre el repertorio del grupo.
Eso sí, el cierre no podía ser más que con un tema de MASTER. De este modo “Pay To Die” fue coreada a grito pelado y, según el repertorio que llevaban, era la elegida para dar por finalizado el concierto. Sin embargo, como ya comentaba antes, la gente estuvo volcada con el grupo en todo momento y, supongo, Paul nos quiso premiar con un tema más. Tampoco arriesgó y “Mangled Dehumanization”, también de su primer trabajo editado supuso, ahora sí, el punto y final a los 75 minutos que estuvieron en escena, lo que da una idea de que el ritmo vertiginoso precisamente no es que fuera.
Mientras volvía a casa pensaba en lo injusta que es la música en algunos casos y cómo algunos personajes de la escena cobran mucha notoriedad sin realmente haber hecho nada reseñable para merecerla musicalmente hablando. El Sr. Speckmann pertenece a esa clase de personas que si han sido pioneros y aportado algo relevante a la música, extrema en este caso, y te vende una camiseta de su grupo con una sonrisa y un apretón de manos como si le hicieras un gran favor cuando, en realidad, es justo al revés.
A los seguidores de este tipo de sonidos es él el que nos ha hecho un gran favor creando y componiendo discos como “1985”, “Master” o “On The Seventh Day God Created… Master” sembrando la semilla junto a otros para que el Death Metal sea el género que es hoy en día. Aunque sus conciertos no sean la octava maravilla… ¡Grande Speckmann y grandes MASTER!
Promotora: Kivents.
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