MÖTLEY CRÜE y DEF LEPPARD, cara y cruz de un viaje a los 80

Concierto de Mötley Crüe en Madrid

Crónica del concierto de DEF LEPPARD, MÖTLEY CRÜE y LOS SEX en Madrid (Auditorio Miguel Ríos, 24 de junio de 2023)

Mucho ha llovido desde que en aquel ya lejano 2019 se anunciara el “The Stadium Tour”, sólo en Estados Unidos, que no era otra cosa que la ocasión de ver juntos a DEF LEPPARD y los resucitados para la causa (la de seguir haciendo caja obviamente) MÖTLEY CRÜE.

Ambos encabezarían el gran evento en el que también se daban cita POISON y Joan Jett y sus Corazones Negros. Curiosamente los que más interés suscitaban en mí eran los dos últimos, fundamentalmente porque eran los grupos que aún no había visto en directo, pero no iba a volar hasta USA para ello lógicamente, por lo que a aguantarse.

Como tantas cosas, la pandemia obligó a posponer dicha gira que se iba a iniciar en 2020, no una sino dos veces, por lo que no fue hasta junio de 2022 cuando, al fin, arrancó en Atlanta la misma. Cuando algo funciona en América (las cifras de asistencia y de beneficios lo corroboraron) normalmente termina recalando en Europa. Así lo confirmaron los miembros del grupo inglés anunciando la versión europea de esta gira para 2023, poco después de terminar las fechas americanas. Por supuesto, y esto tampoco suele fallar, aquí no llegó la versión original y se cayeron del cartel POISON y Joan Jett. Una lástima porque, con estas bajas, mi interés en el evento bajó muchos enteros.


Lo malo es que no sólo se quedaron fuera de la gira ambos combos sino que, semanas después del final del periplo americano, Robert Alan Deal, más conocido por los amantes del Hard Rock como Mick Mars, anunciaba que no giraría más por su archiconocida enfermedad. Luego estallaría el escándalo (palabra asociada con los CRÜE, sin duda) sobre los motivos reales (o no) de su salida del grupo donde militó desde sus inicios y durante más de cuatro décadas, además de las acusaciones de uso de pistas grabadas hacía sus ya excompañeros.

Reconozco que pensar en los americanos sin su guitarrista me resultaba imposible pero está claro que la vida sigue y no iban a cancelar la gira por esta “nimiedad” por lo que John William Lowery, o lo que es lo mismo, John 5, pronto fue anunciado como el reemplazo de Mars y así no tener que parar la máquina de hacer billetes. Para rematar la faena, en un mundo globalizado como en el que vivimos, los vídeos de los CRÜE no dejaban en muy buen lugar el estado físico y vocal de su cantante, cuyas prestaciones en vivo son capaces de lastar la actuación del resto de compañeros sin despeinarse. Pero de eso hablaré más tarde.

Incluso siendo fecha única en España, el 24 de junio no parecía la mejor opción por la coincidencia con algún festival patrio, y proximidad con otro, y con la “resaca” de lo que se celebra también en Europa este mes. Los precios de las entradas, tal vez acordes al caché y la expectación generada, no digo que no, eran bastante elevados para sólo dos bandas internacionales en un recinto que no es precisamente un dechado de virtudes (más bien todo lo contrario) pero esto es lo que hay y, lo tomas o lo dejas. Cada cual decide en qué se gasta su dinero. Finalmente la respuesta superó mis más locas expectativas y casi 25.000 almas nos dimos cita. A mí me pareció un éxito de convocatoria que, sinceramente, no esperaba. Me alegro mucho porque el ambiente era muy bueno y eso siempre ayuda. Era un cartel atractivo y creo que el reclamo de volver a ver a MÖTLEY CRÜE en nuestro país tuvo bastante culpa.


Caldeando el ambiente con LOS SEX

A falta de cuatro días se confirmó a LOS SEX como la banda encargada de abrir el concierto. Imagino que ni yo ni nadie esperábamos a estas alturas una confirmación internacional de renombre que diera un empujoncito a la venta de entradas de última hora pero, y que perdonen los madrileños mi ignorancia, sí que pensé que sería un grupo español más o menos conocido. En mi caso era la primera vez que escuchaba sus canciones y he de reconocer que su nombre lo había leído en algún webzine de pasada pero sin detenerme en ellos. Nunca es tarde para conocer grupos y darles una oportunidad pese a que su estilo tal vez no terminara de encajar del todo con lo que vendría después, ni sea el que más me guste personalmente.

Indagando sobre el grupo, el cuarteto madrileño se formó en 2016 pero no fue hasta 2018 cuando editaron su primer disco “Happy Pill” (que esta tarde obviaron completamente), cantado en inglés, y que ha visto en “Mambo” su continuación pero decantándose en esta ocasión por la lengua de Cervantes, supongo que para que sus letras lleguen a todo el mundo con facilidad. Creo que a su estilo de Rock, muy en la línea de grupos como M-CLAN con los que les han comparado, les ha venido bien este cambio, pero el tiempo dirá.

Con un sol de justicia y temperaturas todavía muy altas, un par de minutos antes de las 19:30 sonó la sintonía de Flash Gordon mientras LOS SEX aparecían en el enorme escenario a ritmo de “Caramelos”, un tema nuevo, dispuestos a hacernos pasar un rato divertido y caldear el ambiente, aunque ya lo estaba, para las bandas venideras. A muchos les gustaron, a otros muchos seguramente no, pero ellos pusieron todo de su parte para amenizar la espera.

Lo cierto es que debe ser una experiencia única tener una banda, adquirir entradas para un concierto y que te llamen para tocar en él en vez de ser parte del público. Así lo transmitió su vocalista Daniel Agudo en uno de los momentos en que se dirigió a nosotros para expresar lo contentos que estaban por semejante oportunidad. Y lo cierto es que creo que no la desaprovecharon en absoluto porque no les vi intimidados por estar donde, minutos más tarde, estaría Nikki Sixx o Joe Elliot.


Tiraron de desparpajo y buen rollo mientras presentaban bastantes de los temas que compone “Mambo” como “Está Bien”, “Fuegos Artificiales Caseros”, con bonito comentario de Daniel diciendo que hoy ellos representaban a todas las bandas nacionales que podrían haber tocado allí, y más nuevas composiciones como el sencillo “Tus Ideas” editado el año pasado.

Para ser el grupo inicial tuvieron un sonido más que decente en el que se distinguían todos los instrumentos con claridad y hasta los coros del resto de sus compañeros, sobre todo a partir del segundo tema. Suele ser habitual que las bandas que abren este tipo de conciertos suenen fatal y no fue el caso por lo que pudimos disfrutar de “Auténtico”, con presentación del grupo en su parte central, “Mujeres Sin Memoria”, donde se pidió nuestra colaboración para corear los “oooh oooh” que nos proponía el vocalista, o dar palmas para acompañar a “En La Oscuridad”.

Ya digo que no se amilanaron lo más mínimo y me gustó mucho la actitud que mostraron sobre las tablas los dos “Danieles”, tanto Agudo, sin camiseta desde la segunda canción pero con tirantes (imagino que forma parte de su look en escena), como el guitarrista Daniel Bautista lanzando riffs a diestro y siniestro. Algo más comedido, pero cumplidor igualmente, vi al bajista Sergi Ventura que, junto al baterista Pedro Fuentes forma la base rítmica, simple pero efectiva, que sostiene el sonido del grupo.

Tal vez, y por poner algún “pero”, alargaron demasiado “Bailando Hasta el Suelo”, otra de las compocionoes que aún no ha visto la luz, y no sé si procedía mucho intentar que la gente se agachara porque, como dijo una chica de cierta edad a mi lado, “a ver quién me levanta luego”. Bromas aparte, parecía que iba a ser última pero la empalmaron con “Mala Influencia” cuajando una notable actuación de casi 50 minutos recibiendo unos más que merecidos aplausos mientras sonaba el “Dancing Queen” de ABBA y se hacían una seguro que inolvidable foto desde el escenario. No soy muy seguidor de este tipo de sonidos y hubiera disfrutado más de un grupo hard rockero o sleazy, tipo JOLLY JOKER o similar, pero la banda dio un buen concierto y es justo reconocérselo, más allá de los gustos personales de cada uno. Seguro que algún seguidor ganaron esa tarde con su buen hacer.


MÖTLEY CRÜE: se acabó la espera

Actuación de Mötley Crüe en Madrid

Con la gente entrando ya en masa al recinto la espera, hasta que empezó a sonar el Requiem en D Menor K. 626 de Mozart a modo de intro, se me hizo larga y pesada. Para colmo, no contentos con esa intro, ya por las pantallas tuvimos unos cuantos minutos más de “Breaking News” de Tom Franks mientras el escenario se llenaba de un humo espeso blanco para dar más suspense a la aparición de Vince y compañía. En total fueron otros ocho minutos de espera... pero ¿qué importa cuando llevas años, o toda tu vida literalmente, esperando para ver a una de las agrupaciones más macarras de la historia del Hard Rock? Pues eso, nada, porque la emoción era más que palpable entre un público que desconozco si era más de CRÜE o de LEPPARD pero que los recibió con fervor mientras atacaban “Wild Side” desatando la locura.

No soy nada amigo de hablar por boca de nadie pero mi impresión es que la gente tenía muchas ganas de verlos y a la mayoría poco le importaba el estado de voz manifiestamente mejorable de Neil, que los coros estuvieran grabados (y vaya usted a saber qué más porque me resultaba bastante difícil, y también agotador, estar todo el tiempo intentado descubrirlo) o que John 5 fuera el encargado de la guitarra en vez de Mick Mars. El repertorio, además, me pareció ganador y equilibrado aunque, personalmente, me hubiera gustado escuchar algo más de los dos primeros discos pero, siendo un doble cartel, me pareció que ofrecieron lo que la gente quería escuchar y pocos o ningún “éxito” se quedó en el tintero.

Respecto a la escenografía, quedó muy lejos de lo que vimos en Madrid en 2005, que fue apabullante y casi lo mismo que desplegaban en aquella gira en Estados Unidos, pero lució vistosa (sobre todo cuando se hizo de noche y vimos todo su potencial de verdad) con las pantallas y sus dos bailarinas. A este respecto, primer comentario sobre uno de los temas, al parecer escabrosos, de su concierto. A algunos cronistas (y seguramente también a algunos asistentes) les parecieron terribles e inapropiados los sensuales bailes, la escasez de ropa en algunos momentos y hasta la mera presencia de esas dos chicas. Lo siento, no puedo estar más en desacuerdo con ellos y, si bien su aportación vocal era escasa y prescindible (no cantaban ellas así que…), la visual no lo era para nada. Los angelinos son lo que son y representan lo que representan, por mucho que en 2023 sus clichés ochenteros rechinen. Sus seguidores, mayoritariamente en mi opinión, quieren ver la actitud que mostraban en los vídeos que han visto hasta la saciedad y ese es el papel que interpretaron. Quién sabe, lo mismo hasta ni ellos comulgan ya con esos tópicos (bueno, Tommy Lee me sigue pareciendo el mismo tarado de siempre) llegados a los sesenta pero dan lo que se espera de ellos. Una versión políticamente correcta de MÖTLEY CRÜE, estemos en 1985 o en 2023, no tiene sentido alguno.

Los otros dos, el primero en mucha menor medida que el otro, fueron cuando Nikki Sixx sacó la bandera de España y al parecer hubo pitada de parte del público y, sin duda, la petición de “ver tetas” por parte de Tommy Lee. Sobre el primero no tengo mucho que decir. Para cualquier persona sin ganas de buscarle tres pies al gato fue un gesto de agradecimiento al país en el que estaban tocando y poco más. Ya sabemos que en otros lugares de España se les advierte a los grupos de que no lo hagan por si hieren sensibilidades, pero estábamos en Madrid, la capital, y era fecha única. El que se ofendiera porque sacara la bandera del país en el que tocan (como hacen en todos los lugares) que se lo haga mirar. Sobre el segundo sí se ha hablado más y habría que preguntar a las chicas que enseñaron sus pechos su opinión para no meter la pata, pero mi impresión, y casualmente estaba muy cerca de ellas, es que venían al concierto con la idea de hacerlo y de hecho, en “Girls, Girls, Girls” nadie les pidió mostrar sus atributos y también lo hicieron. A mí ni me parece bien ni me parece mal que lo hicieran.

Es más, pensaba que Tommy no iba ni a proponerlo y que el famoso “tits cam” no iba a tener lugar. Supongo que es algo que llevan haciendo mucho tiempo y forma parte de su concierto. Lo curioso es que en 2005 cuando lo pidió en La Cubierta (imagino que también en Zaragoza) y sólo obtuvo la vista de un sujetador y varios pechos masculinos (aquí también hubo alguno y hasta un culo peludo cuya imagen trato de olvidar), no pasó nada de nada. No se obligó tampoco el sábado pasado a nadie a punta de pistola a hacer nada contra su voluntad. Supongo que lo que molesta a algunos es el “machirulismo” del baterista o el contexto en el que tuvo lugar. Por supuesto se puede estar de acuerdo en si era o no necesario, para mí no lo era, pero si Lee lo propone y ellas querían hacerlo por el motivo que fuera, ¿quiénes somos para reprocharlo?

Buen repertorio de CRÜE

Mötley Crüe en Madrid

Zanjados los temas extramusicales que, creo, que vienen a cuento porque formaron parte de su concierto, pasemos a lo importante: la música. Como decía antes, fue un repertorio equilibrado con tan sólo un par de concesiones a su pasado más “reciente” en forma de “Saint Of Los Angeles”, que personalmente no me gusta pero que es un “temazo” si la comparamos con “The Dirt (Est. 1981)”, que no hay por donde cogerla. Entiendo que la película de Netflix nos ha llevado hasta aquí pero el tema de marras es pésimo y fue donde más claro estaba que Vince no cantaba ni en broma lo que en la película hacía Daniel Webber. Lógico pero muy cantoso.

Aunque Vince y sus efectos de voz, que los tenía para aburrir para que sonara más aguda de lo que evidentemente suena en la actualidad, los gritos grabados o su propia voz, amenazaran con destrozar los temas (consiguiéndolo en ocasiones) la gente coreó y disfrutó como si no hubiera un mañana de cortes míticos como “Shout At The Devil”, “Too Fast For Love”, “Don´t Go Away Mad (Just go Away)” (con Neil colgándose, que no tocando, una acústica), “Live Wire” o una ralentizada “Looks That Kill”. De hecho, en varios de ellos se formaron hasta pogos por mi zona, dando una idea de lo por la labor que estaba la gente de pasarlo bien sin otras valoraciones adicionales. A veces hay que hacer de tripas corazón y quedarse con eso sin ser demasiado “purista” y dejarse llevar disfrutando del momento.

Han pasado 18 años desde que vi por primera y última vez al grupo por lo que es obvio que la intensidad que ofrecen en sus descargas haya ido disminuyendo con el paso de los años. Lo que creo que no ha disminuido es la tremenda actitud de Nikki Sixx y Tommy Lee. Son los que están en mejor estado de forma y los pilares sobre los que se sustenta el cuarteto a día de hoy. El bajista está hecho un chaval y me gustó el momento en el que subió al escenario a un chico disfrazado de unicornio y a dos chavalillas que no podían creerse dónde estaban. Seguro que fue un gesto estudiado, y no improvisado, pero quedó bastante auténtico y brindó un recuerdo inolvidable a esos tres seguidores. Por su parte uno de mis bateristas favoritos de Hard Rock aporreó la batería dejándose el alma en cada golpe pese a que el sonido que salía de ella no siempre me pareció lo orgánico que debería y eché en falta su característico sonido en algunos momentos. Creo que sigue siendo todo un personaje y los años no parecen haberle cambiado. Su aspecto de “zumbado” sigue intacto. Seguramente lo siga siendo.

¿Y sus compañeros? Por lo comentado de Vince Neil ya habréis intuido que es el que peor lo pasa en los conciertos. Se mueve, sí, pero lo justo y necesario para evitar que el hilillo de voz que le queda, y que ni con efectos puede disimular, aguante lo suficiente para que la gente no salga decepcionada. Es cierto que le he visto en solitario y fue todavía peor pero también creo que la tecnología le ayuda lo suficiente para que cumpla su papel como el frontman original del grupo. Por último, y no menos importante, el chico nuevo en la “oficina”, John 5. No seré yo el que diga que lo hizo mal porque mentiría. Es un grandísimo guitarrista y es de alabar lo fiel que intentó ser en todo momento al papel que le toca tener, calzarse las botas de Mick Mars y ejecutar sus partes, pero también mentiría si dijera que puede sustituir a Mars en CRÜE. Estuvo muy bien con su instrumento, haciendo que hacía coros como los demás y aportando la movilidad escénica que el ex guitarrista no podía por su delicada salud. Visual y escénicamente al grupo le ha venido bien su fichaje, pero da pena que no haya llegado a esta parte de la gira quien tenía que ocupar ese puesto. Eso sí, me parece surrealista que hiciera un solo, pero bueno.

Precisamente tras ese solo llegó el medley que hacen siempre, que yo hubiera quitado porque no aporta nada y mejor hubieran estado un par de temas de los dos primeros trabajos, compuesto por “Rock´n´Roll, P2”, “Smokin´ In The Boys Room”, “Helter Skelter”, “Anarchy in the U.K.” y la manidísima “Blitzkrieg Bop” que sirvió para tomar aire ante lo que se nos venía encima. La emotiva “Home Sweet Home”, cantada por todo el público e interpretada desde la pasarela central del escenario con Tommy al piano en su inicio y John 5 alternando la guitarra acústica con la eléctrica, como exige el tema, desembocó en una irreconocible “Dr. Feelgood” que el vocalista destrozó sin piedad. Seguidamente una celebradísima “Same Ol´Situation (S.O.S)”, con Neil de nuevo acústica en ristre y dónde las pantallas centrales destacaron como Dio manda una vez caída la noche en Rivas simulando cuatro vidrieras con cuatro chicas contoneándose al ritmo de la música.

Entrabamos en la recta final de la actuación y un sonido de moto junto a la aparición de un par de hinchables gigantes con forma de voluptuosa mujer mecánica y sensual pose (no iban a sacar hinchables de monjas rezando el rosario, ¿no?) a juego con las mallas que lucían las bailarinas nos anunciaban sin remisión que era el turno de “Girls, Girls, Girls”. Fue cantada a pleno pulmón hasta por el apuntador sin importar lo justo que, de nuevo, estuvo Vince. Pero nada comparado con cómo “cantó” “Primal Scream”, otro de los mayores despropósitos del vocalista esa noche y que te hacen plantearte que de verdad no lleva nada grabado detrás porque madre mía...

Tras algo más de 90 minutos entre intros, solos y demás, “Kickstart My Heart” ponía el auditorio Miguel Ríos patas arriba dando por finalizada una actuación que, para mí, fue bastante peor que la de 2005 pero que dejó satisfechos sobre todo a los que no les habían visto nunca fueran jóvenes o no tanto. Tal vez sea la mejor versión que podemos ver de MÖTLEY CRÜE en 2023 y estoy seguro que, para la mayoría, mejor eso que no haberles visto jamás.

Cambio de tercio con DEF LEPPARD

Actuación de Def Leppard en Madrid

Después de la tempestad vino la calma y el cambio de registro completo. Como si de dos caras de la misma moneda se tratase, del macarrismo de los CRÜE íbamos a pasar al Hard Rock elegante y melódico de los LEPPARD.

Soy muy seguidor de ambos grupos pero estoy de acuerdo con los comentarios que apuntan que el bajón de intensidad fue más que acusado y esto no favoreció mucho la percepción de la descarga de los ingleses. Personalmente hubo algunos tramos de su concierto que se me hicieron bastante “cuesta arriba” y me hizo pensar en que el repertorio de DEF LEPPARD debió apostar por sus temas más “cañeros” en detrimento de tanta balada y medio tiempo.

Lo que no se puede negar es que todo su espectáculo estaba perfectamente estudiado (poses, movimientos, las imágenes de las pantallas, tiros de cámara,…), para bien o para mal, y no hubo ni un ápice de improvisación para que el resultado fuera, exactamente, el que Elliot y sus compañeros querían ofrecer. El resultado a nivel visual fue excepcional.

Teniendo en cuenta la hora de finalización de sus predecesores la verdad es que el cambio, amenizado por publicidad de productos del grupo inglés a modo casi de teletienda, fue rapidísimo. Tan sólo pasaban tres minutos de la hora prevista cuando terminó la versión del “Heroes” de Bowie que sirvió de introducción al primer tema de su concierto, la misma que abre su último plástico “Diamond Star Halos”, “Take What You Want”, recibida con cierta frialdad y expectación por parte de un público que se mostró mucho menos entusiasta, en líneas generales, con los ingleses que con los americanos.

Lo primero que cabe destacar es el increíble sonido que tuvieron desde el primer acorde. Sonaron como un tiro durante los 90 minutos que estuvieron sobre las tablas y entre el público se comentó en numerosas ocasiones recalcándolo. Da gusto que un grupo suene tan bien y que todos y cada uno de los instrumentos se distingan perfectamente así como las voces, tanto la principal de Elliot como los coros del resto de sus compañeros. Esto me lleva a la siguiente cuestión, ¿de verdad son capaces de reproducir con tantísima fidelidad respecto a la versión de estudio temas de hace más de 35 años? Es más, ¿alguien cree que la voz de Joe Elliot ha aguantado tan bien el paso del tiempo cuando encima nunca fue un privilegiado vocalmente hablando? Lo siento, pero la respuesta a ambas cuestiones es un rotundo no. ¿Entonces? ¿Cómo pudimos disfrutar de los numerosos temas de “Hysteria”, por poner un ejemplo, como si estuviésemos en el salón de nuestra casa pinchando el disco? La respuesta creo que es tan obvia como incómoda. La cantidad de pregrabados que había era ingente a todos los niveles porque claro, tiene mucho mérito que Rick Allen toque con un solo brazo la batería (por muy adaptada que esté) pero que dé un golpe y oigamos tres no sé cómo llamarlo. Cada uno puede poner aquí el nombre que quiera y todos podemos cerrar los ojos y creer que estamos en 1987 pero lo cierto es que no es así y que LEPPARD tuvieron más ayudas externas incluso que CRÜE, y ya es decir.

Cada uno le da la importancia que considera a este tipo de cosas pero hay que hacer honor a la verdad, porque no se puede vilipendiar a algunos artistas por este tema y alabar el sonido inmaculado de otros, no sería justo en mi opinión.

Sea como fuere, “Let's Get Rocked” levantó totalmente el ánimo de los presentes que la corearon con fervor y eso que nunca entendí por qué tuvo tanto éxito, más allá de lo hasta en la sopa que la tuvimos en 1992, ya que me parece un tema muy normalito con un vídeo deleznable que me hizo pillarla más manía si cabe. No opino igual del primer hit que descargaron de “Hysteria”, un “Animal” brillante que sonó mejor que en la gira del disco en cuestión, o la sensacional “Foolin'”, cuyo estribillo cantamos a grito pelado y que también sonó increíblemente bien. Que cada uno saque sus propias conclusiones.

Joe Elliot ejerció de perfecto maestro de ceremonias, hablando lo justo, eso sí, pero llevando las riendas del concierto con el saber hacer que sus décadas de experiencia en los escenarios le han dado. La dupla de guitarristas, Vivian Campbell y Phil Collen, rayaron a un grandísimo nivel y sonaron perfectos en todo momento turnándose en las partes solistas y moviéndose con soltura por las pasarelas elevadas junto a la batería de Allen, al que enfocaron mucho dejando ver una sonrisa perenne, o la pasarela central cuando era menester. El baterista lo hizo lo mejor que pudo, dadas las circunstancias, pero ya he comentado que creo que suenan más golpes que los que da y vi del todo innecesario que hiciera un especie de solo, la verdad. Por último me dejo al bajista Rick 'Sav' Savage que, junto a Collen, fue el músico cuya actitud más me gustó esa noche. Los miembros de LEPPARD llevan juntos muchísimos años y el nivel de compenetración entre ellos salta a la vista.

El ritmo baja

Def Leppard en Madrid

“Armageddon It” siguió manteniendo alto el nivel antes de que los ánimos se enfriaran bastante con una parte central demasiado relajada para muchos y soporífera para otros tantos, entre los que me incluyo. “Kick”, la segunda que tocaron del último trabajo, no es una balada pero pasó sin pena ni gloria. “Love Bites” sí lo es y a mí me gusta mucho (en mi cabeza tengo grabada la imagen del añorado Steve Clark en ese vídeo) pero encadenarla con la floja “Promises” y la versión semiacústica de “This Guitar” y “When Love And Hate Collide”, con el vocalista tocando la guitarra, “mató” totalmente el ritmo del concierto y arrancó más de un bostezo.

Por suerte, todavía tenían guardados algunos cartuchos, el primero de ellos fue “Rocket”, con los que levantar el ánimo de un público que en esta fase del concierto volvió a resucitar. Está claro que apostar fuerte por “Hysteria” es hacerlo a caballo ganador, aunque creo que perdieron la oportunidad de “endurecer” algo el repertorio, ya que tocaban después de MÖTLEY CRÜE, y “sorprender” (todos sabíamos que no iban a cambiar un solo tema de lo que venían interpretando lógicamente) con un “Wasted” o un “High 'n' Dry (Saturday Night)” en lugar de tocar otra balada y una instrumental como “Bringin' On The Heartbeat” (por buena que sea, que lo es) y “Switch 625” respectivamente.

La traca final de DEF LEPPARD

Concierto de Def Leppard en Madrid

A partir de aquí lo esperado y lo que todo el mundo, seguidor o no de los ingleses, quería escuchar. “Hysteria” y sobre todo “Pour Some Sugar On Me” levantaron pasiones con todo el auditorio cantando y dieron por cerrado la extensa representación (nada menos que seis temas) del disco más vendido de los ingleses (y de la historia del Hard Rock en general) mientras que las también celebradísimas “Rock Of Ages” y “Photograph” hacían lo propio con “Pyromania” cerrando el concierto y dejando atrás el tedio de la parte central.

Así terminaban casi cuatro horas de música en la que cada uno tendrá su triunfador. Para unos serán MÖTLEY CRÜE, con su actitud transgresora anacrónica, y para otros la elegancia de DEF LEPPARD. Lo que está claro es que todos salimos más o menos satisfechos con un concierto que parecía que nunca iba a llegar pero que ya es pasado y recuerdo en la memoria de los que estuvimos. No es el mejor enclave posible el auditorio Miguel Ríos (aunque esta vez no fue una odisea griega salir en coche de Rivas como otras veces) y el tema de las cervezas a precio de oro imposibles de conseguir fue algo muy mejorable pero seguro que dentro de unos años, cuando estas bandas ya no estén, sólo quedará el recuerdo de la música y diremos aquello de “yo estuve allí”.


Promotora: Live Nation

Crónica de David Ortego | Fotos de Marco Antonio Romero y Javier Roa

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