SISTERS OF SUFFOCATION vence las adversidades con un gran concierto en Madrid

Crónica del concierto de la banda de Death Metal en Madrid (sala Rockville, 12 de noviembre de 2023)

Los comienzos de cualquier banda, salvo que esté compuesta por exmiembros famosos de otras formaciones (y a veces ni por esas), suelen ser bastante complicados. Darse a conocer o destacar en un mercado tan saturado actualmente de grupos, y muchos de ellos con un gran nivel, no es nada sencillo y tenía bastante claro que el poder de convocatoria de uno casi (o totalmente) desconocido como SISTERS OF SUFFOCATION (por mucho que algunas de sus componentes hayan tocado en directo con NERVOSA o BURNING WITCHES) era muy limitado.

Para colmo, la banda neerlandesa tenía otros factores en contra. Noviembre viene cargado de conciertos de todo pelaje y algunos de ellos extremos como en breve NAPALM DEATH, el sábado anterior tuvimos a MASTER, al que ha teloneado en sus dos fechas portuguesas y dos españolas, o el minifestival encabezado por KRISIUN que, para mayor infortunio, coincidía con su concierto en Madrid.

Si algún seguidor del Death Metal vencía la pereza de ir a un bolo en el día del Señor, casi seguro que lo haría para ver a los brasileños cuya dilatada trayectoria y aplastantes directos les avalaban. ¿Conclusión? Pequé de optimista firmando de antemano con un amigo que habría una treintena de personas porque no llegamos ni la mitad. Desolador panorama el que se encontró SISTERS OF SUFFOCATION y al que hizo frente de una forma digna de alabar.

Siempre he dicho que, si hay algo peor que un concierto empiece tarde, es que empiece antes. Por eso no daba crédito cuando llegué de casualidad a la Rockville con casi 25 minutos de adelanto sobre el horario anunciado por la promotora de inicio de la actuación y me encontré con que el quinteto ya estaba tocando. Afortunadamente llevaban sólo la intro y la mitad de “Buried In The Crowd” (paradójica forma de empezar dadas las circunstancias), que no llega a dos minutos de duración, según me dijeron, por lo que no me perdí prácticamente nada pero este tipo de cosas me dan rabia.

Lo comento porque si hubieran empezado según los horarios que ponía en la entrada (y que yo no tenía por razones obvias) hubiera llegado para verles recoger sus instrumentos. Y esto no parece muy lógico por mucho que este medio en el que colaboro fuera el único interesado en cubrir el concierto y “ya estuvieran todos los que habían pagado la entrada en la sala”. Sorprendente cuanto menos la diferencia entre horarios publicados y horarios de las entradas.

No busco culpables pero, en la era de la información en la que vivimos, no parece muy complicado evitar este tipo de confusiones porque a ninguno nos sobra el tiempo como para estar en la sala tres cuartos de hora antes por si a alguien de la organización le da por modificar sobre la marcha los horarios anunciados.

Terminado el párrafo de “lloros y quejas”, creo que bastante razonables por otro lado, vamos al lío.

Juventud y experiencia

Una sala desierta y a SISTERS OF SUFFOCATION ya sobre las tablas tocando fue lo que me encontré al llegar a la Rockville, por lo que tardé unos instantes en recomponerme y prestar la atención que cualquier grupo al que se va a reseñar merece. Es una banda con una media de edad por debajo de los 30 años pero con casi una década de existencia por lo que esta combinación de juventud y cierta experiencia creo que les ayudó en buena medida a sacar lo mejor de ellos para sobreponerse al nulo ambiente que proporciona una sala vacía.

Como no les había visto con anterioridad, no sabía muy bien qué esperar de los neerlandeses y lo cierto es que me sorprendieron positivamente, partiendo de la base que sus discos están bien pero no vuelan cabezas para mí gusto. Sonaron nítidos y potentes a partes iguales y aprovecharon el escaso espacio que el reducido escenario de la sala les proporcionaba para ofrecer un concierto bastante dinámico.

En este aspecto debo mencionar, sin duda, la impresionante labor de la vocalista Linn Liv (cantante que se ha incorporado para los directos en lugar de la fundadora Els Prins, ignoro el motivo) que me pareció un auténtico torbellino en escena y el centro de todas las miradas porque no paró ni un segundo de gesticular, moverse de un lado a otro, interactuar constantemente con sus compañeros (sobre todo con la guitarrista Simone van Straten) y hasta con los que allí estábamos bajándose un par de veces al foso para cantar entre nosotros. Sobresaliente su actitud en todo momento, encima no siendo la vocalista titular, ya que Els (hasta donde sé) no ha dejado la banda, porque encima hasta sonreía de vez en cuando.

Y hablando de cantar, canciones tocaron unas cuantas (17 para ser exactos) al no abrir para nadie aunque, como la media ronda los tres minutos y medio de duración, en conjunto apenas llegaron a la hora de duración. Además, el ritmo que imprimieron a su descarga fue, acertadamente en mi opinión, vertiginoso. Parecían los RAMONES del Death Metal entre la duración de las canciones y cómo las fueron enlazando sin pausa entre ellas. No tenía ningún sentido alargar las pausas con largos discursos y así lo entendió Linn también, aunque eso no impidió que presentara algunos temas o que se dirigiera a nosotros preguntando si lo estábamos pasando bien. Creo que logró un equilibrio que, sinceramente, agradecí y que no siempre los grupos consiguen. También muy bien en ese aspecto.

Como era previsible su última entrega discográfica, “Eradication”, fue la que más presencia tuvo en un repertorio que, sin embargo, estuvo muy equilibrado ya que tuvieron representación sus otros dos discos editados e incluso su primer EP de 2016. Precisamente, tras “Die Anyway” y “Humans Are Broken”, del disco de mismo nombre, echaron la vista atrás hasta “Brutal Queen” para rescatar “Host Of A Dead Fetus” que sonó muy bien pese a que creo que han mejorado bastante su propuesta con el paso del tiempo respecto a lo que facturaron en 2016.

Gran nivel de los músicos de SISTERS OF SUFFOCATION

Inicialmente SISTERS OF SUFFOCATION estaba formado únicamente por mujeres y eran un cuarteto pero creo que la inclusión de una segunda guitarrista, Emmelie Herwegh, desde “Humans Are Broken” les ha permitido mejorar sus composiciones y, en directo, lo cierto es que me gustó su aportación (incluso algún coro puntual hizo al igual que su compañera Simone) a las siete cuerdas.

Pero si las chicas cumplieron con creces, la base rítmica del grupo, formada por Fons van Dijk tras los parches y Tim Schellekens al bajo, no le fue a la zaga destacando, sobre todo, el baterista de 24 años que se salió por todos lados clavando los temas.

Siguieron enlazando tema tras tema de sus dos últimos discos como la variada “Being Prey”, que disminuyó la rapidez pero que fue de mis favoritas esa noche, “War In My Head”, “The Machine”, otra de sus composiciones más largas y elaboradas, “High In Plain Sight”, con una buena parte de guitarras dobladas, y “Thick Red Meat”, en la que Tim hizo un gran trabajo, antes de que la vocalista nos presentara el tema que abre su primer disco, “Anthology Of Curiosities”, una “Shapeshifter” que nos devolvió al sonido más brutal y primitivo de los neerlandeses.

Pasado el ecuador de su actuación ya podía afirmar con seguridad que el quinteto gustará más o menos pero sabe lo que se hacen y prepara sus directos a conciencia. No es que tuvieran todas las poses estudiadas ni mucho menos pero sí que, en determinados momentos, hasta hubo ciertas “coreografías” entre las guitarristas y el bajista que de espontáneas no tenían nada. Es algo que visualmente les quedó bien y que dejó patente que cuidan también estos aspectos. Además, como apuntaba anteriormente, también aportó en este sentido la colección de gestos y muecas de Liv para la galería, que fue amplia, y vivió con fervor cada minuto que estuvo actuando demostrando, además, que se desenvuelve muy bien tanto en las partes más guturales como en las más chillonas o, incluso, en las melódicas, que alguna hubo. Muy competente en todo momento la vocalista neerlandesa sustituta.

Turno para los clásicos de SISTERS OF SUFFOCATION

Con “Cordon Sanitaire”, empalmada con “The Chosen One”, cerraron la presentación de “Eradication” dedicando la parte final de su actuación casi en exclusiva a temas más antiguos. De este modo el bajo de Tim nos adentró en la tremenda “Tales Of A Martyr” de su primer EP a la que le siguieron “I Am Danger”, con ese inicio melódico que apenas dura segundos antes de que la canción estalle con brutalidad, y “The Hunger”, ambas de su primer disco y donde Simone destacó a la guitarra en varios momentos.

Estábamos llegando casi sin saberlo al final del concierto cuando Linn Liv nos anunció “Brutal Queen”, corte que da título a su primer EP y del que tocaron tres de los cinco temas que lo componen pese a que sólo estén Simone y ella de la formación que lo grabó. Me gustó que dieran cancha a tanto material antiguo, aunque ya digo que sus últimos discos están más elaborados, porque en muchas ocasiones los grupos que han cambiado de formación lo relegan al olvido. No fue su caso y me pareció significativo.

Sin más miramientos “Blood On Blood” puso el punto y final a una actuación de la que, sinceramente, no esperaba demasiado y que me convenció totalmente. Una pena que los neerlandeses tuvieran tanto en su contra porque merecían algo más de asistencia pero, así es la vida. No obstante, me pareció el tipo de grupo que da el mismo concierto ante doce personas que en un festival ante varios cientos y eso, para mí, dice mucho a su favor. Ojalá la próxima vez, si es que la hay, tengan algo más de suerte y sean “enterrados entre la multitud” y ya, si viene con su vocalista fundadora, pues mejor que mejor.