"Clear Cold Beyond", el regreso a la grandeza de SONATA ARCTICA

Los finlandeses vuelven al Power Metal de sus inicios en su nuevo disco

SONATA ARCTICA ha cumplido su promesa de regresar a los sonidos veloces de sus primeros años, coincidiendo con los 25 años de su debut discográfico, sin renunciar a las señas de identidad que han creado con el paso del tiempo y su evolución sonora. “Clear Cold Beyond” (2024) ofrece lo que los de Kemi anunciaron: Power Metal sin fisuras y varios trallazos que superan con creces a su extraño y desangelado antecesor “Talviyö” (2019), trabajo que no termina nunca de funcionar como disco, aunque en directo al menos dejaba algunas situaciones resultonas.

En algún momento del último lustro, Tony Kakko y compañía debieron de ser conscientes de que esa no era la dirección correcta: a medida que el grupo sumaba años en los escenarios iban bajando velocidad (que no calidad) y, aunque cada álbum tratase de ofrecer siempre algo nuevo, estaba acomodándose en un Metal melódico complicado de defender en directo junto con sus himnos de toda la vida (y otros grandes temas de corte más rápido de su discografía post “Unia”, que los tiene). Por tanto, sí, si solo vas a quedarte en este primer párrafo, te lo confirmamos: SONATA ARCTICA ha hecho un disco de Power Metal a la vieja usanza, sin complejos y, además, bueno.

Cuando en 2016 reseñé el acomodado y algo perezoso “The Ninth Hour”, sucesor del excelente “Pariah's Child” (2014) destaqué del corte “Rise A Night” que si ya no hacían Power Metal era porque no querían, ya que el toque no lo habían perdido. Bien, “Clear Cold Beyond” sigue la línea sonora de esa veloz composición, y expande el universo sonoro de la banda al aplicar a la vieja fórmula de sus temas rápidos y veloces sus ya conocidos medios tiempos llenos de 'narraciones' y alguna balada con sus clásicas señas de identidad. Una combinación perfecta que hace de este nuevo trabajo algo fresco, inexplorado, y a la vez, conocido y familiar para quienes extrañaban el ritmo de sus orígenes.

Sin contar con material nuevo desde 2019 (salvo sus deliciosos acústicos "Acoustic Adventures - Volume One" y "Volume Two" (2022) los/as fans nos mordíamos las uñas con cual sería el siguiente paso de Kakko y cía, y este no defrauda en absoluto. Ya los avances prometían algo nuevo (y viejo a su vez), desde que desvelaron el título y la portada obra de Niko Anttila, que nos llevaba directamente al pasado remoto de la banda y a su “Silence” (2001) y los tres primeros cortes del disco, dosificados antes del lanzamiento, eran muy diferentes entre si.

"Clear Cold Beyond", falto de himnos pero con buenos temas

Siendo sinceros, “Clear Cold Beyond” no contienen ningún “Fullmoon”, “My Land”, “Wolf and Raven”, “San Sebastian”, “The Cage”, “Victoria´s Secret”, “Misplaced” o “Ain't Your Fairytale”, temas superrepresentativos de sus primeros cuatro LPs y de su etapa de Power Metal puro, que nadie vaya a llevarse a engaño, pero ofrece diez cortes que alternan la velocidad, el doble bombo incesante, los teclados espídicos y los solos de guitarras afilados que practicaban en esos años, con otras muy buenas composiciones que siguen la línea de sus discos más modernos. Tony Kakko, Elias Viljanen, Pasi Kauppinen, Henrik 'Henkka' Klingenberg y Tommy Portimo pueden estar muy orgullosos de su nueva criatura.

“Clear Cold Beyond” es casi como un reseteo en toda regla

Desde “First In Line”, tema que abre el trabajo, queda patente la propuesta: un corte en la línea de “Blank File” y “Web Allergy (hasta comienza con un solo de batería tal y como iniciaban su debut “Ecliptica”) donde nos lanzan a la cara un doble bombo que no va a parar en casi todo el CD y que devuelve al siempre sonriente Tommy Portimo a la exigencia rítmica del pasado acompañando a una melodía pegadiza que sin duda va a ser de las más recordadas, con un duelo de guitarra y teclado entre Elias Viljanen y Henka a la vieja usanza y un bajo que coloca a Pasi Kauppinen en tesituras en las que no le habíamos apreciado antes (salvo cuando interpretaba los temas clásicos de la banda).

“California” es el segundo corte del disco y sigue la regla de, si empiezas con un trallazo, “no bajes revoluciones, haz que quien escuche no pueda apartarse de lo que estamos haciendo”. Esta composición (cuarto adelanto del disco justo el día de su lanzamiento) repite el esquema del anterior, con el teclado veloz y el doble bombo como máximos exponentes, teniendo también unas guitarras combinando fraseos rapidísimos con golpes rítmicos más comunes vistos en otros discos, sin que esto se haga extraño.

Los coros y la voz de Tony Kakko brillan como antaño. Es justo desde esta composición donde podemos notar que su Power Metal contiene elementos de su pasado y de lo más moderno, como pudimos notar en el mencionado “Rise A Night” (de 2016) – bien podrían haber seguido esa línea desde entonces-.

Como buen disco de Power Metal, saben que el tercer corte es clave para terminar de enganchar, llegando a la elaboradísima “Shah Mat”, con un toque apocalíptico muy acorde con los tiempos que corren. En ella, aparte de disfrutar de una estupenda ambientación y unos coros épicos, podemos ver que Kakko es capaz de aunar a su estilo de Power Metal las largas parrafadas a las que nos suele tener acostumbrados de sus trabajos previos. Este corte es una montaña rusa, moviéndose del Power más espídico a partes de medio tiempo combinadas que se fusionan hasta empalmar con “Dark Empathy” (secuela de su "Don't Say A Word"), primera bajada de velocidad en el trabajo, como marca el libro de 'cómo hacer un disco de heavy metal'. No es la primera balada del disco, pero sí el primer medio tiempo más identificable con su etapa moderna. Nada malo en ello.

Todo un viaje en el que es imposible sentir frío

“Clear Cold Beyond” va a moverse en los términos de los cuatro primeros cortes, ofreciendo una gran satisfacción sonora al ver a unos SONATA ARCTICA en plena forma y haciendo lo que se les pedía desde hace años. La letra de “Cure for Everyhing” ya lo dice: no se es nunca demasiado mayor para seguir tocando (y además, bien). Ojo de nuevo a las guitarras de Elias porque le tenemos haciendo tremendas virguerías a una velocidad que no debe envidiar a ningún tema compuesto por el añorado Jani Liimatainen.

“A Monster Only You Can't See” baja de revoluciones pero ofrece una reivindicativa letra sobre no dejar de lado a esas personas de nuestro entorno que tienen problemas o son tendentes al conflicto "por gilipollas" (literal de la letra de la canción), y que no son capaces de ver o salir de la situación. Una oda a 'los cretinos' de nuestros grupos a quienes queremos pese a todo y que deseamos ayudar con todas nuestras fuerzas.

“Teardrops” es el corte más conservador de todo el disco, a mi juicio, el que más se asemeja a material ya hecho antes de “Talviyö”, siendo un medio tiempo tradicional con larga narración de Kakko, aunque con algunas virguerías sonoras (sobre todo en el teclado de Henkka). “Angel Defiled” es el siguiente golpe y va a convertirse en un clásico instantáneo. Combina de nuevo velocidad a la vieja usanza, sonido de puro Power Metal, con el estilo de las 'narraciones de Kakko' (y su característicos 'la la la' y 'na na na' que siempre incluye en alguna de sus sus composiciones para jugar con el público). El segmento central está dominado por el teclado de Henkka en estado de gracia como hacía discos que no le veíamos, demostrando que él tampoco ha perdido ni un ápice de la capacidad de seducción con la que se incorporó a la banda en 2002.

El cierre del álbum, sin contar con las ediciones que incluyen un par de temas extra, se vuelve mucho más normalito, primero con un medio tiempo bastante rockero titulado “The Best Things”, agradable pero sin nada a destacar y terminando con el corte que da nombre al disco “Clear Cold Beyond”, la única balada del trabajo, haciendo que se haga algo extraño que hayan decidido terminar este nuevo capítulo de su historia con un tema tan relajado, después del subidón aportado en 2/3 del disco. 'Let' s belive in a dream, Believe in peace', reza la letra, muy apropiado también para los 'fríos tiempos que corren'.

SONATA ARTICA nunca se marchó, pero esta vez han dado la campanada

La banda lleva con nosotros 25 años y volver a su estilo de antaño sin renunciar a los pasos dados en toda su carrera era una jugada arriesgada ya que desde “The Days of Grays” (2009) y, sobre todo, “Stones Grow Her Name” (2012) llevaban experimentando con su sonido en cada trabajo. La expectación con este lanzamiento era máxima y superan el examen con notable alto.

“Clear Cold Beyond” es como si los finlandeses hubiesen vuelto al patio del colegio, a la habitación de los juguetes, y cogiendo todo lo que les gusta o llama la atención, lo han puesto en la batidora de las buenas ideas y ejecuciones para darnos a todos sus seguidores una bocanada de energía y felicidad.

Si les has seguido desde siempre, este LP te va a parecer el regalo que llevabas esperando tiempo (por mucho que te gusten sus discos post “Unia”). Si, por el contrario, te descolgaste de ellos en aquel lanzamiento (excelente, por cierto, ya que como leí hace mucho tiempo, para tocar bien Power Metal no solo hay que saber tocar rápido sino saber hacer buenas composiciones) este regreso a sus raíces va a sorprenderte a poco que sigas disfrutando del estilo “Power a los años 2000” al que SONATA ARCTICA aportó su humilde granito de arena hace más de dos décadas.

Discográfica: Atomic Fire

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