SINISTER recibe de un público entregado mucho más de lo merecido por su actuación

Crónica del concierto de SINISTER y PAINSTORM en Madrid (sala Rockville, 20 de julio de 2023)

Hubo un tiempo, no hace demasiados años, en los que los conciertos en periodo estival se podían contar con los dedos de una mano. El verano era copado (casi) exclusivamente por los festivales y apenas se programaban conciertos de bandas foráneas hasta que en septiembre se iniciaba nuevamente la temporada de conciertos en sala. Sin embargo, esta tendencia ha ido cambiando en los últimos años (y no digamos ya después de la pandemia) y no son pocos los grupos que aprovechan su presencia en los festivales europeos para organizar pequeñas (o no tan pequeñas según el caso) giras por el país del evento o sitios cercanos, como es el caso de los neerlandeses SINISTER.

Incluso si hablamos de bandas de otros continentes, estar ya en Europa minimiza mucho los costes en desplazamientos por lo que, en las circunstancias actuales en el que para muchos grupos tocar todo lo posible se ha vuelto primordial para subsistir, girar en verano ha dejado de ser una excepción para convertirse en algo bastante habitual aunque, lógicamente, no se llegue ni por asomo al ritmo frenético de la temporada regular.

La banda de Death Metal SINISTER programó tres fechas peninsulares con paradas en Madrid, Portugalete y en el festival Kanekas Metalfest de Cangas do Morrazo, bajo la denominación de “Spanish Inquisition 2023”, dándome la oportunidad de verles en directo en la primera de ellas. Me alegró que tocaran en mi ciudad ya que, por unos motivos u otros, no había tenido ocasión anteriormente de ver a estos clásicos del Death Metal europeo. Nunca es tarde si la dicha llega, que dice el refrán, aunque las sensaciones que me dejaron al terminar no fueran las deseadas.

El show potente de PAINSTORM

Sin teloneros fijos, cada ciudad (obviamente en el Kanekas no los iba a haber por tratarse de un festival) contó con una banda distinta para abrir sus descargas y en Madrid fueron los locales PAINSTORM los elegidos. Mentiría si dijera que no sentí cierta envidia insana al ver que APOSENTO harían lo propio en Portugalete (básicamente porque me gustan mucho) pero he de reconocer que lo ofrecido por Álvaro, Juanjo, Xabi y Frank me convenció y, pese a ser un grupo con poco recorrido, dieron un concierto más que correcto a la par que entretenido.

Por mis circunstancias personales, que no vienen al caso, suelo llegar muy apurado a los conciertos cuando son entre semana y tengo que hacer tremendos malabarismos, dependiendo del horario de inicio de los mismos, para estar en la sala cuando empiezan los teloneros en el caso de que vaya a cubrir el evento, como así era en esta ocasión. Por eso me dio bastante rabia llegar con la lengua fuera a las 20:40 (según los horarios publicados PAINSTORM empezaban a las 20:45) y comprobar que los madrileños no sólo ya habían empezado sino que estaban terminando la tercera canción, “Gutted”. Ignoro el motivo del adelanto pero si hay algo peor que el que un concierto empiece tarde, es que se adelante sobre el horario establecido.

Por este motivo “Devouring Entrails”, tema que da título a su único disco editado hasta la fecha (aunque tienen un EP previo) y que tocaron íntegramente, fue mi primera toma de contacto con el directo de los madrileños. Lo cierto es que no sonaron nada mal, y eso que la Rockville no es la mejor sala de Madrid ni mucho menos en este sentido. El mayor 'problema' que aprecié fue que para este trabajo contaron con dos guitarristas en estudio y ahora parece que se han quedado en cuarteto. Xabi Gómez hizo lo que pudo con su BC Rich a este respecto pero creo que la ausencia de una guitarra, sobre todo en los solos, se notaba y afectaba al resultado final de los temas respecto a la versión de estudio.

Prosiguieron con la vertiginosa y variada en ritmos “The Plainfield's Butcher”, en la que el bajo de Frank tuvo bastante protagonismo, antes de que Álvaro pidiera movimiento y pogos al presentar “Capital Of War”, la versión de los griegos SUICIDAL ANGELS que cierra su disco. Me sorprendió que eligieran un tema de un grupo de Thrash Metal cuando ellos hacen Death (aunque sus riffs suenen al “Beneath The Remains”, todo sea dicho) pero como, al igual que ellos, soy seguidor de los griegos ningún problema con eso. De todos modos aunque la gente la recibió con agrado, de nuevo, tener sólo una guitarra cuando SUICIDAL ANGELS tienen dos hizo que el resultado no fuera del todo satisfactorio en mi opinión. Aunque a nadie pareció importarle lo más mínimo esta circunstancia.

Como decía al inicio dieron un buen concierto, y cada uno de los miembros del cuarteto cumplió con su función lo mejor posible para que así fuera. Sin embargo, no puedo dejar de destacar la labor como frontman de Álvaro Echarren. No sólo cantó con solvencia sino que trató en todo momento de animar el cotarro, ardua tarea ya que dudo que el grueso de los escasos asistentes que les vimos les conociera demasiado de antemano, más allá de algunos colegas que les animaron en varios momentos.

Además, me pareció totalmente deudor de la “escuela Lugubrious” por sus poses y gestos (algunos que hizo con las manos eran clavados) mientras se movía frenéticamente por el escenario de un lado a otro e incluso se paseó por el foso entre la gente. Para colmo presentaba los temas con humor, ironía y socarronería, otro santo y seña del vocalista de HAEMORRHAGE, como por ejemplo fue el caso de “Hang´em High”, dedicada a un/una ex o directamente a todos aquellos que nos amargan la vida, o “Sleepless Night”, incidiendo en que no era la canción de KING DIAMOND porque ya estaba bien de tantas versiones consiguiendo arrancarme una sonrisa. Esto se debió a que, previamente, se acababan de marcar “Executioner's Tax (Swing Of The Axe)” de los estadounidenses POWER TRIP (incluido en su EP) tema que, en palabras de Álvaro, hacía muchísimo que no tocaban en directo.

El repertorio de esa tarde noche lo completaron las cortísimas (apenas duran un minuto) “Bay Of Blood”, “Colas de Hambre”, una rara avis en su discografía ya que es el único tema en español que tienen puesto que todos los demás son en inglés, y “Silently Death”, uno de los cortes que más me gustaron de una actuación de tres cuartos de hora que cerró la citada “Sleepless Night”. Una actuación que, mientras se despedían agradecidos entre aplausos, el vocalista calificó de “muy especial” para ellos (yo les vi motivadísimos, es cierto) puesto que esa misma sala acogió el primer concierto que dieron como banda y, mira tú por dónde, tres años después estaban abriendo allí para los míticos SINISTER. Seguro que fue una noche inolvidable para ellos y, como asistente, creo que cumplieron con creces con su cometido. Habrá que seguirles la pista.

SINISTER dejó que desear

Aunque, según los horarios, PAINSTORM tenían estipulado 55 minutos de actuación a priori parecía mucho tiempo cuando tienen sólo un disco que dura 36 minutos y tocaron únicamente una versión extra. Evidentemente no agotaron ese tiempo y acabaron su actuación a las 21:17. ¿Por qué soy tan preciso con los tiempos? Pues porque, según los horarios, hasta las 22:00 SINISTER no iban a comenzar pero pensé que todo se habría adelantado algunos minutos porque era absurdo (y desde mi cierta ignorancia en temas técnicos innecesaria) una espera de la misma duración que el concierto que acabábamos de presenciar salvo que hubiera problemas técnicos graves.

Nada de eso parecía suceder pero pasaban los minutos y, tras ver desfilar y probar a los miembros del grupo sus instrumentos y dar su aprobación, tuvimos que esperar otros 20 minutos sin que nadie hiciera absolutamente nada en el escenario. Lo siento mucho pero me pareció un despropósito total pero claro, los horarios oficiales con los holandeses sÍ se iban a cumplir (no como con los madrileños) y ellos no iban a salir antes, cosa que me parece perfecto pero hay que aplicar la norma a todos los grupos ¿no? En fin, qué le vamos a hacer.

Por fin dieron las diez de la noche y el joven baterista esloveno Simon Škrlec (último fichaje y único miembro que no es neerlandés del combo) tomó posición tras su kit y junto al bajista Bram Willems y al guitarrista Walter Tjwa interpretaron la instrumental “The Malicious” (la primera parte iba “enlatada”), que abría el disco de versiones “Dark Memorials”, empalmándola con “Transylvania (City Of Dammed)”. Fue con ella con la que el otrora baterista y desde 2005 cantante, Aad Kloosterwaard, líder y único miembro original del cuarteto hizo acto de presencia siendo ovacionado por un público bastante más entregado de lo que esperaba.

Como suele pasar cuando tardas tanto en salir, la Ley de Murphy no falla, y no llevábamos ni dos canciones cuando aparecieron los problemas técnicos con la guitarra de Walter que, mira tú por dónde, en los 45 minutos de espera no se habían detectado. Se paró el concierto unos instantes, cambió la guitarra y prosiguieron dando cancha a “The Carnage Ending” con “Blood Ecstasy” pero los problemas con su instrumento no desaparecieron (dio igual que hubiera un técnico plantado todo el resto del concierto junto a su amplificador) y lastraron toda la primera parte de su descarga desluciendo en gran medida “Neurophobic” y “Convulsion Of Christ”, las dos representantes del notable “Syncretism” que interpretaron a continuación.

Desde la parte delantera el sonido, sin ser bueno, no era desastroso pero según te ibas alejando de las primeras filas la bola de ruido que se formaba hacía muy difícil disfrutar debidamente de la tremenda y muy celebrada “Sadistic Intent” de aquel lejano “Diabolical Summoning”, primera mirada al pasado del grupo, o de “Epoch Of Denial”, única referencia a su debut y a la postre lo más antiguo que tocaron, donde se formó un gran pogo pese a que distinguirla era misión casi imposible si no hubiera sido presentada por el vocalista.

Al no haberles visto con anterioridad no tenía prejuicios sobre vocalistas anteriores o conciertos previos pero he de reconocer que Aad con su inseparable gorra no terminaron de convencerme ni vocal ni escénicamente. Es cierto que el reducido escenario no daba demasiadas opciones de movimiento pero siendo “su” banda esperaba bastante más entusiasmo por su parte y le vi un tanto pasota y desganado. Tal vez estaba cansado o tenía un mal día pero sin duda me quedo con la aportación de la base rítmica de Simon y, sobretodo, con Bram. El bajista sí que desprendió energía y pasión, arengando incluso al público en varios momentos, además de clavar sus partes.

Flipé bastante cuando Aad presentó “Symphony Nr XII” y se marchó del escenario, imagino que a “descansar” de los seis temas que había cantado hasta ese momento, cediendo a sus compañeros el protagonismo. No sé cómo calificar a una banda que tiene catorce discos en su haber y te mete un tema de ese calibre en un paupérrimo repertorio como el que ofrecieron pero desde luego no es un epíteto positivo, eso seguro. Que cada cual opine según su criterio.

Tras ella volvió al escenario y todos se giraron dándonos la espalda, todos menos el baterista por razones obvias, mientras la intro de “The Science Of Prophecy” era “disparada” por Simon y la gente levantaba los cuernos al aire. De verdad que trato de entender cómo un concierto tan flojo y falto de ritmo estaba despertando tantas pasiones…Para mí es incomprensible. No abandonaron “The Post-Apocalyptic Servant” y descargaron la notable “The Masquerade Of An Angel” que volvió a enloquecer al personal y donde la base rítmica, en mi opinión, volvió a destacar por encima de la guitarra de Walter que parecía sonar algo mejor en esta recta final.

“Afterburner”, del disco homónimo, dio paso a “The Carnage Ending” dejando a este disco como el que mayor presencia tuvo en su repertorio (tres cortes sonaron de él) y finalizando un concierto que me decepcionó bastante. Parece increíble que un grupo supuestamente salga de gira tras la pandemia a presentar su último trabajo y que no hubieran tocado aún ni un solo tema. Bueno, este hecho se corrigió de forma surrealista porque la insistencia y los gritos de algún asistente (otros ya se estaban dirigiendo a la salida) les hicieron volver a salir (ya sabemos todos cómo de falsos son los bises la mayoría de las veces) ya que faltaba un tema aún por tocar según el setlist que llevaban. Efectivamente, para cerrar ahora sí su concierto escogieron un tema de su último disco editado en 2020, “Deformation Of The Holy Realm”. ¿Adivináis cuál fue? Exacto, el que le da título para seguir la costumbre y lo más gracioso es que como outro pusieron la marcha fúnebre que lo abre. Sería cómico si no fuera porque entre problemas técnicos y demás estuvieron 70 minutos en escena pero de música fue una hora pelada.

Luego dicen las malas lenguas que soy muy exigente pero si a un grupo con catorce discos no se le puede pedir que toquen más de doce canciones, y ya si es con un sonido medio decente pues mejor que mejor, creo que el problema lo tiene la gente a la que le vale cualquier cosa, aunque allá cada cual con su tiempo, su dinero y sus expectativas. A mí, desde luego, SINISTER ya me han visto en sus conciertos. Mientras seguiré disfrutando, de vez en cuando, con algunos de sus grandes discos a los que no dan apenas cancha ni hacen justicia en directo. Decepcionantes.

Promotora: ITP Promotions

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