La banda británica PARADISE LOST vuelve a la palestra musical con "Medusa", un disco que sigue con la estela gótica y decadente iniciada con su anterior álbum, "The Plague Within", que, sin duda, demuestra que la vuelta a fórmulas antiguas puede ser signo de éxito.
Hablar de PARADISE LOST provoca una cosa curiosa en el oyente. Unos los adoran. Otros no acaban de comulgar con ellos, muchas veces debido a la pasividad que el sr. Nick Holmes y los suyos muestran en directo. Desde luego, pocos grupos logran despertar sensaciones y sentimientos tan enfrentados.
Sea como fuere, lo cierto es que los británicos vuelven a la escena musical a los dos años de haber lanzado al mercado "The Plague Within", un disco que recupera los sonidos que la banda mostró en su gran disco "Gothic", salvadas las diferencias, claro, y que lo convirtieron en uno de los discos icónicos de la banda.
Pues bien, lo cierto es que tras la escucha de "Medusa", este nuevo larga duración que probablemente sea el disco más Doom de la banda, el oyente no puede sino volver a esos sonidos de origen que ya vinieron avisando allende por el 2015, pero esta vez impregnados de una atmósfera más densa.
"Medusa" es un disco oscuro, profundo, decadente, agresivo a veces, pacífico otras. Sin embargo, lo que no puede dudarse es que desde el 2015 que los ingleses comenzaron a transitar por la senda de la oscuridad, dirigidos directamente hacia el abismo, han cogido marcha y no hay quien los pare. ¿Quién sabe lo que deparará el futuro? ¿El próximo disco que lancen será totalmente lo contrario? Desde luego, a la vista de la carrera de la banda, todo puede esperarse. Sin embargo, ahora lo que procede es quedarnos con este buen larga duración que es "Medusa", e ir disfrutándolo poco a poco.
Desgranando las canciones de "Medusa"
El disco comienza con fuerza, con "Fearless Sky", tema largo (más de ocho minutos), donde el Doom más pesado y oscuro comienza a adueñarse del ambiente, con los guturales y voces claras del Sr. Holmes fundiéndose con cada nota, punteo y cambios de ritmo que acompañan. Pese a su longitud no se hace pesado en ningún momento.
Esta oscuridad se sigue manifestando a lo largo del redondo, con los temas que siguen. De este modo, "Gods Of Ancient" nos adentra en el mundo del miedo y la devastación a golpe de batería y con un toque más Death; le sigue "From The Gallows", con el mismo ambiente lúgubre pero con un ritmo más rápido y mayores riffs en su composición.
"The Longest Winter" nos hace regresar al Doom Metal más puro, propio de grupos tan clásicos como MY DYING BRIDE, y el siguiente corte, "Medusa", tema que da nombre al disco y que probablemente sea uno de los mejores del redondo con esos riffs de guitarra, la cadencia de las notas y la voz apesadumbrada, sigue con esa estela, al igual que "No Passage For The Death", aunque esta vez con el regreso a las voces guturales.
"Blood And Chaos" se erige a continuación como el primer single, con un toque más Death y más rápido en el ritmo, seguida de "Until The Grave", que en su inicio recuerda un poco al estilo Industrial, aunque es solo eso, un poco, porque en seguida el estilo Death se adueña del tema.
Y para termimar, "Shrines" nos acerca de nuevo al Doom que grupos como MY DYING BRIDE han conseguido introducir en nuestros oídos (no en vano, el inicio del tema bien podría ser de ellos hasta que comienzan las guturales de Nick Holmes), y "Symbolic Virtue" cierra del mismo modo que comenzó el álbum, de forma densa, pesada, agónica y deprimente, poniendo de este modo fin al círculo de tinieblas y oscuridad en el que los británicos nos habían metido.
"Medusa", un regreso a los orígenes
PARADISE LOST se han sacado de la manga un discazo, la verdad. Esta vuelta a sus orígenes y a su época dorada desde luego les está sentando bien, y esperemos que dure mucho tiempo. ¿Será así en directo? Este mes de octubre se encuentran de gira por nuestro país, y, como siempre, allí estaremos para contaroslo. Mientras tanto, disfrutad de "Medusa". Merece la pena.
Discográfica: Nuclear Blast