Todo lo triste que se quiera pero extremadamente trabajador, el guitarrista Oliver Nikolas Schmid celebra 20 años de existencia de LACRIMAS PROFUNDERE con el décimo álbum de estudio de este grupo alemán extremadamente gótico: su nombre significa derramar lágrimas y este nuevo “Antiadore” es un canto a la decepción emocional que precede a la pérdida de referentes a los que adorar, con maniquí de madera al que le falta la cabeza y al que le salen mariposas del tronco en portada. Exacto: extremadamente gótico. Al género, que aportó y aún aporta cosas sumamente provechosas a la escena metálica, le lastraron en su día la masificación y vulgarización de las duetos vocales gutural masculina y operística femenina y, por otro lado, la simplificación y modulación comercial seriamente edulcorada que aprovechó como nadie H.I.M. y su Love Metal, término que de por sí produce una sensación que salta de la desconfianza al rechazo frontal. Y hablo por mí.
LACRIMAS PROFUNDERE, para quien no conozca en absoluto a este veterano grupo alemán, cae en la segunda categoría después de evolucionar de un interesante Gothic/Doom con un toque Death a lo ANATHEMA a un Gothic Metal/Rock con mucho de H.I.M., THE CURE o THE CULT pero también de ENTWINE, CHARON o incluso los últimos KATATONIA. Veta estilística en la que el grupo se encuentra como pez en el agua y en la que vive ya establecido con notable inmovilismo, más desde que Rob Vitacca se asentó definitivamente como vocalista con su estilo entre el ínclito (por usar un adjetivo más o menos neutro) Ville Valo y un Peter Steele más aterciopelado.
Vídeo de "My Release In Pain"
Así que esto es sonido gótico pero no terriblemente depresivo ni plenamente desgarrado. LACRIMAS PROFUNDERE gusta de los singles con energía, ritmo alto y estribillos pegadizos. Canciones de radio y concierto que encantarán a los seguidores y sobre todo las seguidoras (y espero no estar cayendo demasiado en el cliché) de este grupo y este estilo. Siempre con su pátina emocional y melancólica, por supuesto, y con esas letras que explotan lo existencial del desamor y se recrean en la pérdida. Un ejemplo perfecto extraído de este disco: “I’m so drunk on my sorrows”… Y así durante doce canciones y más de 45 minutos. Ideal para adeptos, algo cargante para los que no lo somos.
En lo suyo “Antiadore” es un buen disco. En un estilo que está muy lejos de tocarme la fibra sensible pero que gustará, supongo, a los que tengan claro qué esperar de este grupo y de este género. Desde luego hay melodías sugerentes y estribillos pegajosos, y se agradece que se conserve el suficiente espíritu metálico en unos cuantos riffs. “My Release In Pain” es la apertura, primer single y perfecta representación del disco: piano inicial y desarrollo rockero y uptempo extremadamente accesible. En una línea similar también funcionan bien “Dead To Me”, la muy pegadiza “Abandon” y sus sintetizadores que recuerdan a LACUNA COIL o el tema título, “Antiadore”, que tiene unos riffs maquinales que pasan por ser los más heavies de un disco en el que también hay cabida para atmósferas más miserables, un buen contrapunto que muestra una faceta interesante de LACRIMAS PROFUNDERE, del delicado sentimiento de “All For Nothing” o la baladística “Still In Need” al agradable tinte Doom de “Head Held High” o la final “A Sigh”, en la que teclados y guitarras alcanzan los trances de mayor melancolía de todo el disco.
Supongo que “Antiadore” gustará a quienes han seguido la trayectoria de LACRIMAS PROFUNDERE y estén encantados con el nicho en el que se ha movido el grupo en los últimos años. Es una afirmación muy neutra pero es que a mí personalmente me resulta muy poco atractivo este tipo de Metal/Rock Gótico. Prefería lo que hacía este grupo en sus inicios pero eso quedó atrás hace mucho. Su estilo es otro de forma definitiva, o eso parece, y en él se maneja muy bien. De hecho al escuchar “Antiadore” se tiene la sensación de que LACRIMAS PROFUNDERE podría grabar un disco como este al año y con los ojos cerrados. Para lo bueno y para lo malo.
Juanma Rubio