Crónica de THE MISSION y THE AWAKENING

The Mission

La pasada noche del día 14 de octubre se presentaba interesante, pues acudía, por primera vez, a ver a un clásico como THE MISSION en su concierto de celebración del 30 aniversario. Se presentaban en la capital con THE AWAKENING, directamente desde Johannesburgo, banda completamente desconocida para la que suscribe. Así que, sin expectativa de ninguna clase (luego se sabe que nunca se acaban cumpliendo), me presenté en la entrada de la Sala But y, para mi sorpresa, solo nos encontrábamos allí ocho personas y, aunque poco a poco se fue sumando más gente, lo cierto es que para la actuación de THE AWAKENING la sala estaba prácticamente vacía, demostrando, una vez más, que el público español presta caso omiso a los teloneros. Craso error, desde mi perspectiva, porque en muchos casos suele haber propuestas muy interesantes.

Con la gente, como digo, incorporándose a la fila, a las 19:30 horas con puntualidad inglesa (¿sería porque el grupo principal también lo era?), tal y como marcaba la organización, las puertas se abrieron y pudimos acceder al recinto, donde, con mucha gente dispersa por la sala y empezando a pedir el habitual condumio en estos casos, solo había tres filas de personas, pegadas al escenario, para recibir a THE AWAKENING.

THE AWAKENING

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A las 20 horas de la noche, y tras un cambio de setlist (desconocemos debido a qué), apareció la banda de Johannesburgo en el escenario. Liderada por Ashton Nyte (que, sinceramente, recuerda enormemente a Ville Valo de HIM), y fundada en el año 1995, se trata de una banda con una trayectoria musical larga que, no solo para mí, sino también para todos los asistentes allí presentes, era por lo que pude comprobar total y completamente desconocida. Una lástima, puesto que la propuesta, si bien no es original, sí que es interesante y encaja perfectamente en el ambiente gótico del que el grupo hace gala. A mí, personalmente, me gustó.

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Empezaron a aparecer a la hora prevista Chela Rhea al bajo, Sevven a la batería, Jeremy Kohnmann a la guitarra y el propio Ashton Nyte, casi sin aplausos, y con “Razors Burn”, donde el sonido se notaba un tanto saturado, lanzaron la primera descarga. No obstante, si hay algo que no se les puede reprochar a ninguno es la actitud mostrada a lo largo del concierto, siempre enchufados, aunque el público no acompañara, salvo en los últimos cortes. Tras este primer tema, siguieron con “Descent”, y continuaron con “Indian Summer Rain”, uno de mis temas favoritos del grupo, donde, lástima, durante el estribillo la voz de Nyte, que para ese tema cogió su guitarra, era prácticamente inaudible.


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Y es que los problemas, afortunadamente solventables, se fueron sucediendo a lo largo del recital de la banda. En el siguiente tema, “Upon The Water”, el sonido se acopló; en “Fault” y “Maree” ya sin guitarra, bajaron la voz de Nyte y de nuevo se hizo prácticamente imperceptible; en “Martyr”, con los pianos pregrabados, siguieron con el mismo problema, tras el cual, y antes de interpretar la versión del “Sound Of Silence”, tuvieron una especie de incidente, desconozco debido a qué. Asimismo, y precisamente durante “Sound Of Silence”, el propio Nyte tuvo problemas con su micro; para rematar la faena con el tema “Dark Romantics”, durante el cual se le cayó la petaca.

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Como se puede comprobar, un concierto plagado de incidentes. Sin embargo, y quizá fue esto lo que para mí hizo bastante aceptable la actuación, la actitud de la banda fue inmejorable. Y digo de la banda, puesto que no se puede decir lo mismo del público asistente, muy probablemente por desconocimiento de los de Johannesburgo. Y es que Ashton Nyte, desde el principio, no paró de moverse, de interactuar con los presentes, de presentar los temas y de, incluso, intentar chapurrear español, pidiendo colaboración al público, que se mostró frío como un témpano. Aprovechó asimismo para recordar sus 20 años de carrera para sorpresa del respetable. En conclusión, pese a las pequeños eventualidades, no resultó un mal concierto. Desde luego, la formación tuvo actitud. Y me consta que al público asistente no le disgustó, puesto que, al final, cuando ya se despidieron, escuché a varios decir que no conocían al grupo y que les había gustado.

THE MISSION

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Sin embargo, la aparición de THE AWAKENING en escena fue el preludio de lo que la gente realmente estaba esperando. A las 21:15 horas aproximadamente, aparecieron los protagonistas de la noche en el escenario: THE MISSION. ¿El objetivo? Celebrar sus 30 años de carrera. Mi duda estaba en si, con un disco reciente en el mercado, “Another Fall From Grace”, dentro de esa celebración incluirían algún tema del nuevo disco. Pues bien, la duda se disipó: dos temas fueron los que cayeron.


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Entraron poco a poco al escenario Craig Adams al bajo, Mike Kelly a la batería, Simon Hinkler a la guitarra y, cómo no, Wayne Hussey también a la guitarra y a la voz, acompañados de una corista femenina. Tras la intro musical, comenzaron a meter al público (que ya llenaba la sala) en ambiente con tres temas sin corte alguno. Así, sonaron “Beyond The Pale”, “Serpent’s Kiss” y “Hurricane”, coreado por todos los asistentes.

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Fue entonces cuando Hussey, que durante todo el concierto mostró, a sus 58 años de edad, una actitud chulesca y provocadora, cual chaval de 20 años (uñas pintadas de negro incluidas, así como iPad para leer las letras), por fin habló para dar las gracias y pasar a presentar el siguiente tema, “Tyranny Of Secrets”, perteneciente a su último CD, que ha visto la luz este mes de septiembre. Después, y tras un trago a una botella de vino, cambió a una guitarra negra para tocar “Dance On Glass”, a la que siguieron “Brightest Light” y “Blood On The Road” que rítmicamente aceleraron con respecto al corte del CD.

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Esto es algo que pasó durante muchos temas y que, personalmente, no me acabó de convencer. Así, la misma tónica siguieron con “Evangeline”, donde en la parte instrumental entonaron y cantaron el estribillo del “Gimme Gimme” de ABBA; o en el siguiente tema, “Like A Child Again”. Tras estos cortes retomaron de nuevo su último álbum y nos deleitaron con el single “Met-Amor-Phosis”, donde el sonido, que había sido impecable durante toda la actuación, falló un poco en los bajos tonos de las estrofas, pues a Hussey apenas se le oía, acompañado de la corista femenina, cuya voz tampoco se apreciaba. No obstante, estos problemillas se solucionaron en el siguiente corte, “Tower Of Strength”, tema sensual donde los haya, donde aparecieron entre el público las típicas fans subidas al cuello de sus acompañantes con la banderita correspondiente. No sé si merecerían la pena o no, pero Hussey en un momento casi se cae de uno de los monitores que había al pie del escenario. Sin mediar palabra prosiguieron con el primer fin de fiesta, “Wasteland”, también acelerada rítmicamente, donde desde los costados del escenario se lanzaron confetis en un par de ocasiones. El respetable, no hay que dudarlo, se volvió loco.

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Tras este tema abandonaron el escenario, haciéndose de rogar un poco, para aparecer posteriormente con el primero de los bises, compuesto por tres temas: “Bird Of Passage”, que tocaron en acústico en el escenario Hussey y la corista; “Butterfly On A Wheel”, donde la gente ya estaba muy arriba y donde crearon un efecto precioso iluminando las bolas de espejos que adornan la Sala But; y “Severina”, que también aceleraron. Cuando terminó el corte, volvieron a irse del escenario. Pero todavía no había terminado la fiesta, porque tras el reclamo de los asistentes, volvieron con un segundo bis (Hussey con su botella de vino en ristre) para tocar otros tres temas que, ya sí, concluirían el concierto. Comenzaron con “Tomorrow Never Knows”, cover de THE BEATLES; siguieron con “Blood Brothers”, a la que también le dieron caña, y finalizaron con “Deliverance”, donde la comunión entre público y artista se hizo patente: éstos saludando y dando la mano, aquéllos saltando sin parar y palmeando al ritmo de la música. Un buen fin de fiesta.

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Concierto de 1 hora y 45 minutos de duración aproximadamente, que se hizo realmente breve. El sonido acompañó desde el inicio, mostrando tanto la voz como las guitarras y la batería de manera muy clara y sin incidencias, salvo la reseñada en “Met-Amor-Phosis”. Además, buena actitud por parte de la banda, chulesca y provocadora, que se contagió al público. Para ser la primera vez que veía a los británicos, he de decir que no decepcionaron y que me fui con un buen sabor de boca. Ojalá duren unos cuantos años más para poder seguir disfrutando de su música en directo. Mereció la pena.

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Crónica: Laura Ruiz

Fotos: David Ortego (por cortesía de The Concert In Concert)

Promotora: Sun On Concert

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