SIX FEET UNDER vuelve a darle una vuelta de tuerca a su Death Metal con "Nightmares Of The Decomposed", esta vez no sé bien en qué sentido, y todavía generando enorme ola de odio en gran parte de la escena. Esa ira vomitada hacia el grupo, que aún se escapa de mi comprensión, permanecerá mientras Chris Barnes siga liderando la banda, y por lo tanto siempre habrá rechazo: este peso pesado de la escena sigue mostrando un gran estado de salud en directo y en estudio, y aún le queda cuerda para rato.
Seguramente, tras leer este primer párrafo, te hayas dado cuenta de que no soy un detractor de la banda. Ya hay muchos, pero en este caso soy una de esas aparentemente raras excepciones: siempre he disfrutado una barbaridad de su modo sencillo y espeso de generar Death Metal, así como de la voz de rata de Barnes. Si buscabas leer una crítica despotricando contra este álbum, la banda o Barnes, aquí lamentablemente no lo vas a tener. Más allá de mi "fanatismo" con SIX FEET UNDER, me parece claro que "Nightmares Of The Decomposed" es un buen disco.
Tras una primera época primitiva (y brillante por su simpleza para un servidor) llegó una posterior evolución desde "Undead" (2012) en adelante. Quizá este nuevo trabajo sea un parón a ese soplo de frescura que buscaba nuevos espacios en su anquilosado modo de tocar que vimos hace ya ocho años, pero no por eso estamos ante un mal disco. Ni mucho menos, esta especie de retroceso le ha sentado de lujo a SIX FEET UNDER. Esa vuelta a las raíces de lo más elemental que noto en "Nightmares Of The Decomposed" quizá tenga que ver con el reencuentro entre Barnes y Jack Owen, con quien compartió peripecias en los primeros CANNIBAL CORPSE.
SIX FEET UNDER factura en "Nightmares Of The Decomposed" un divertido disco de Death Metal
En este decimotercer disco además de los riffs obviamente muy pesados, ha habido espacio para guitarreo más propio del Rock clásico, pasado por el evidente filtro de SIX FEET UNDER. Nada nuevo para esta banda en definitiva, pero aún así y aunque suene increíble, el trabajo es fresco. Algo tendrán que ver cortes como "The Rotting", que podría recordarte a los CARCASS del punto más melódico, o la pegadiza "Drink Blood, Get High". Otros puntos fuertes del trabajo serían la apertura "Amputator" y "Blood Of The Zombie", clásico material que te enciende como ya lo hacían los viejos clásicos del grupo.
Hacia la mitad encontramos dos de las mejores canciones, la elemental "Migraine", que tiene toda la espesura de BLACK SABBATH pasado por el demacrado filtro de SIX FEET UNDER, y "The Noose", una pieza primaria donde el bajo se intercala con la voz de Barnes haciendo intervalos de descanso en unos riffs propios de OBITUARY.
Perdona por un momento los deslices de Barnes: los "Graveyard Classics", su ego, su comportamiento errático y fumeta… olvida sus abscesos de violencia con otros músicos y su bocaza infame. Evita pensar que esto está firmado por SIX FEET UNDER y simplemente disfruta de un muy divertido disco de Death Metal tan bruto como elemental.
Discográfica: Metal Blade
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