Garage Sound Festival 2018 - Sábado 9 de junio de 2018, Rivas Vaciamadrid (Auditorio Miguel Ríos)
Conciertos de GLENN HUGHES, GUN, BLACK STAR RIDERS, GRAVEYARD, DEWOLFF, HELL'S FIRE, THE SPLIZZY GANG y MIRLOBLANCO
MIRLOBLANCO
Ante no más de 50 personas y con un calor cada vez más intenso, MIRLOBLANCO se dejó la piel en el escenario la tarde del sábado. El trío madrileño de Rock Alternativo presentaba su segundo álbum con temas como “Palos y Piedras”, “Carne Viva”, “Vida Histérica”, “Los Chicos Malditos” y “Reinas Salvajes”, corte que da nombre al disco.
Su Rock enérgico y efectivo consiguió captar la atención de los congregados, a pesar de ciertos momentos de batiburrillo en el sonido que compensaron a base de actitud. A destacar el protagonismo de su bajista, Lorenzo Becerra, con gran presencia tanto en el sonido de la banda como sobre las tablas. No paró de moverse y de animar al público con una entrega que siguió mostrando después desde el otro lado, como espectador del resto de bandas del festival.
MIRLOBLANCO disfrutó sobre el escenario y supo transmitirlo al público. Un buen comienzo para un sábado con una presencia destacada de bandas nacionales.
Beti Chamero
THE SPLIZZY GANG
Tocaba el turno a los ganadores del concurso de bandas Rising Star organizado por el festival para dar a conocer nuevos talentos. THE SPLIZZY GANG no desaprovechó la oportunidad y desplegó un Rock & Roll desenfadado y festivo que cuajó bien entre el público. Los valencianos nos hicieron movernos al ritmo de “Shout It”, “Burn This Town”, “Fuck VLC” o “Creeping Cool”, entre otras.
Su vocalista, Elisabet Gang, única mujer que pisó el escenario del Garage, lideró a la banda con carisma y brío, interactuando en todo momento con sus compañeros y con el público. Las dotes vocales de Gang tampoco se quedaron atrás, una voz sensual y potente que acompañó a la perfección el buen trabajo del resto de la banda.
Una interesante carta de presentación para THE SPLIZZY GANG, que demostró que puede manejarse en un festival de esta envergadura. Habrá que estar pendientes de lo que hace en el futuro.
Beti Chamero
HELL’S FIRE
Ya preparados para el ímpetu de HELL’S FIRE, la banda madrileña de Southern Metal/Stoner avisaba desde el principio: la descarga iba a ser breve pero intensa. Lamentablemente, el show no arrancó con buen pie en cuanto a sonido se refiere. Durante el primer tema, “The Hearse”, la música de relleno siguió sonando por los altavoces provocando un incómodo amasijo sonoro.
A pesar de todo, los madrileños repartieron caña ante un público creciente, sin dar respiro con “Same Old Story”, “The Mirror” o “March Of The Witch”, entre los temas más destacados. Curiosamente sonó por segunda vez en el festival “Roadhouse Blues” de THE DOORS, esta vez una versión stoner mucho más rotunda que la ofrecida por BUCKCHERRY la noche anterior.
Poco más de media hora de tralla que se vio deslucida por los problemas con el sonido, pero que dejó clara la actitud de HELL’S FIRE en directo, circunstancia que ya pudimos comprobar hace cuatro años en esta casa, cuando el quinteto encabezó la primera edición de nuestro Hellpress Fest.
Beti Chamero
DEWOLFF
Uno de los descubrimientos de la jornada fueron los holandeses DEWOLFF. Con su Rock Psicodélico de tintes setenteros, este original trío de guitarra, teclado y batería consiguió llamar la atención de buena parte del público.
Los problemas de sonido volvieron a ser la tónica, sobre todo con el micro del batería, Luka van de Poel, que sufrió de lo lindo para hacerse oír en los coros. A pesar de todo, desprendieron estilo y clase con un repertorio protagonizado por su nuevo disco, “Thrust”, con temas como “Big Talk”, “Tombstone Child”, “Double Crossing Man” y “Deceit & Woo”. La simpatía y humildad de su vocalista Pablo, hermano de Luka, hizo que se ganara al respetable. Prueba de ello es que, una vez finalizado el concierto, muchos no quisieron perderse la oportunidad de felicitarles por el show y hacerse una foto con ellos.
Incluso con los altibajos mencionados, fue una muestra del buen hacer de DEWOLFF que, sin duda, ganaron más de un seguidor en Madrid.
Beti Chamero
GRAVEYARD
Tras una de las exhibiciones pertenecientes al mundo del motor que ofrecía el festival y la buena actuación de DEWOLFF, llegaba otro de los momentos punteros del día, el aterrizaje en el escenario de Rivas del cuarteto sueco GRAVEYARD, una de las mejores bandas, a mi parecer, que han surgido en la última década defendiendo el Hard Rock setentero.
Los rubios de Gotemburgo eligieron un tema denso y pausado como “Slow Motion Countdown” para encender motores, con lo que la pesadez pareció adueñarse de esos primeros instantes del bolo, sobre todo para los menos familiarizados con la música del combo escandinavo.
“Please Don’t”, corte del último trabajo del cuartero, le dio un brochazo de psicodelia al show, con ese aroma pesado y Doom tan de esos primerizos BLACK SABBATH que persigue constantemente a la música de los nórdicos. El buen sonido y la pegada se adueñaron del concierto con temas como “Magnetic Shunk”, “Walk On”, con ese deje tan ligado al cautivador sonido de URIAH HEEP, o “Bird Of Paradise”, también puro desenfado setentero.
Con “Unconfortably Numb”, la banda viajó al pasado, concretamente a su segundo tarbajo, para retomar esos pasajes algo más bluesies con los que la agrupación se maneja a la perfección. “Ain’t Fit To Live Here” y “The Siren” dieron carpetazo a un concierto con instantes para la elegancia y la pausa, así como para el Rock más energético y guitarrero. Presenciar en directo a la banda de Joakim Nilsson tiene un fuerte componente retro, ya que logra sumergirte en aquellos psicodélicos y mágicos años 70, llenos de desvaríos, humo en el ambiente, improvisaciones y notas musicales selladas de por vida a la historia del Rock.
Muy buena actuación donde GRAVEYARD demostró confiar y mucho en sus últimos trabajos discográficos.
Jorge Osoro
BLACK STAR RIDERS
Con casi media hora de retraso salía al ruedo BLACK STAR RIDERS, contrastando con la puntualidad que había caracterizado hasta ese momento al festival. Para sorpresa de todos, uno de los grupos más llamativos del cartel iba a contar con algo más de media hora para desgranar sus temas propios y ofrecernos algunos regalos de THIN LIZZY.
La banda, y en particular su vocalista, Ricky Warwick, intentaron levantar el show, pero dio la sensación de que no terminaban de encontrarse cómodos en el escenario. Con muchos problemas de sonido y un incómodo zumbido que se hacía muy patente entre los temas, sonaron “All Hell Breaks Loose”, “Heavy Fire” o “Soldierstown”. Los momentos álgidos llegaron de la mano de los temas de THIN LIZZY “Jailbreak” y “The Boys Are Back In Town” que animaron al público pero supieron a poco.
Cerraron su brevísima actuación con “Kingdom Of The Lost” dejándonos con la boca abierta (para mal) a los que todavía confiábamos en que una mejora de sonido y algún tema más de THIN LIZZY podían salvar la papeleta.
Beti Chamero
GLENN HUGHES
Era el momento para el plato fuerte del festival, el incombustible Glenn Hughes, que nos venía a deleitar con un repertorio íntegro de temas de su paso por DEEP PURPLE. Después de lo vivido previamente, pudimos respirar tranquilos en los primeros compases de “Stormbringer” con un sonido casi perfecto que acompañó el resto de la actuación.
La impresionante presencia del cuarteto sobre el escenario anunciaba que íbamos a vivir una noche para el recuerdo. Con un estado de forma increíble y una voz que ya quisieran para sí muchos jovencitos, Glenn Hughes nos mantuvo hechizados desde el primer momento. Entre virguerías de cada uno de los componentes de la banda fueron cayendo “Might Just Take Your Life”, “Sail Away”, “Mistreated” y “You Fool No One”. Era imposible no sentirse atrapado por la nitidez y fuerza con la que sonaban los temas, particularmente por la guitarra impecable de la mano de Soren Andersen y, por supuesto, la voz estratosférica de Hughes. Y dejó claro que no solo venía a regalarnos su arte, también había aterrizado en Madrid para repartir amor. Incontables las veces que Hughes nos expresó su afecto.
Con el público totalmente hipnotizado, llegó el momento de “Smoke On The Water” y la consiguiente bandada de móviles al aire para grabar tan legendario momento. Y, por si aún no quedaba claro hasta dónde podía llegar su voz, enlazaron con una versión de “Georgia On My Mind” de Ray Charles en la que Hughes alcanzó agudos imposibles. Antes de encarar el final del show, aprovechó para seguir insuflando amor al ambiente y contarnos lo afortunado que se sentía de dedicarse a la música desde que tenía uso de razón.
Cerró la actuación desatando la locura de los presentes primero con “Highway Star” y después con “Burn”. Como no podía ser de otra manera, se despidieron con un gran abrazo grupal de todos los miembros de la banda mientras Hughes aprovechaba para presentarlos uno a uno, destacando que era la segunda actuación en la que participaba el batería.
Clase y elegancia a partes iguales. Un concierto impecable que nos mostró de nuevo por qué Glenn Hughes es una leyenda viviente.
Beti Chamero
GUN
Después del subidón de Glenn Hughes y con la esperable desbandada de gente, los escoceses GUN estaban dispuestos a que no decayera la fiesta. Frente a un público cansado pero receptivo, los de Glasgow supieron avivar la nostalgia que despiertan sus melodías a los que, como yo, vieron marcada su adolescencia por alguno de sus temas.
Pese a comenzar con “She Knows”, un tema de su época más reciente, el repertorio estuvo plagado de clásicos, enfocando la actuación en sus tres primeros álbumes de estudio. Canciones como “Don’t Say It’s Over”, “Better Days”, “Welcome To The Real World”, “Inside Out”, “Taking On The World” o la famosa versión del “Word Up” de CAMEO, hicieron cantar al público recordando viejos tiempos.
Un show con sabor noventero que, sin ser de los mejores del día, hizo pasar un buen rato a los que optaron por quedarse a disfrutar de GUN.
Idénticos motivos que en la jornada del viernes impidieron que nos quedáramos a presenciar la actuación de los IMPERIAL STATE ELECTRIC de Nicke Anderson, los cuales, como pudimos saber posteriormente, sufrieron algún que otro recorte en su repertorio, lo cual se tradujo en una actuación de poco más de media hora.
Esperemos que el año que viene el GARAGE SOUND FEST regrese con energías renovadas, mejore y pula algunas de las carencias expuestas este año y logre afianzar un festival con mucho potencial, aunque el público, por desgracia, no acabe de hacerse con el concepto del mismo y de apoyar la causa como se mereciera. A la tercera, va la vencida.
Beti Chamero
Fotos cedidas por la organización de Garage Sound Festival.
Lee la crónica de la primera jornada de Garage Sound Festival 2018 con BUCKCHERRY, HARDCORE SUPERSTAR...