Crónica del concierto de THE DICTATORS y BONZOS en Madrid (Sala Copérnico, 29 de septiembre de 2023)
Por unas razones u otras nunca había visto a los pioneros, en casi todo, THE DICTATORS. Afortunadamente esto iba a cambiar a finales del mes de septiembre con mi presencia en una de las numerosísimas fechas que los neoyorquinos programaron en nuestro país. Eso sí, volvían con una nueva encarnación del grupo tras la vuelta del bajista y principal compositor (y con él el nombre “THE DICTATORS”), Andy Shernoff, junto a los nuevos fichajes para la causa de Keith Roth (guitarra rítmica y voz) y el mítico baterista fundador de BLUE ÖYSTER CULT Albert Bouchard. El que es inamovible es el gran Ross 'The Boss' Friedman, y bien que lo celebro porque su actitud y sus variados solos son pilar fundamental de las descargas y del sonido del grupo.
Desgraciadamente nada es perfecto y el regreso de Andy implicaba obviamente que Handsome Dick Manitoba no era de la partida. Este hecho no era baladí porque es la voz de las canciones que la gente tiene en su memoria y quieren escuchar en un concierto de los estadounidenses, pero es lo que hay. Keith no lo hizo mal y asumió con bastante naturalidad y corrección sus funciones pero mentiría si dijera que no se echó de menos al vocalista original en algunos de los cortes por muchos coros que hicieran los demás. Y eso que Manitoba, según dicen los que le han visto en sus pasadas visitas, seguía sobrado de carisma pero no tanto de voz.
BONZOS calentó el show
Pero antes de que THE DICTATORS saltaran a las tablas, para ir caldeando el ambiente, tuvimos a BONZOS desde Vizcaya, quienes demostraron llevar el Punk Rock “Ramoniano” en las venas cuajando un concierto entretenido, enlazando canción tras canción sin apenas pausas y dejando muy buenas sensaciones entre los presentes que, poco a poco, fueron llenando la sala.
Con diez minutillos de retraso sobre el horario anunciado y tras escuchar a modo de intro “Hawaii 5-0”, pasada por su propio filtro eso sí, el grupo reconvertido de nuevo a trío compuesto por Juancar Parlange (voz y guitarra), Ricky (batería y coros) y Jorge (bajo y coros) nos ofreció tres cuartos de hora de Punk Rock, y alguna píldora de Power Pop como el sencillo “Crush On You” que, aunque bajó un poco las revoluciones, cuadró sin problemas en un repertorio cantado íntegramente en inglés si exceptuamos “Cementerio Indio”. Precisamente esta concesión a la lengua de Cervantes fue un momento emotivo para el líder de BONZOS al comentarnos que la compuso en Madrid (vivió aquí durante nada más y nada menos que 18 años) alabando la hospitalidad de sus gentes y los buenos recuerdos y amigos que guarda de su estancia así como la ilusión que le hacía tocarla esa noche. Lógicamente con estas palabras consiguió arrancar una sincera ovación.
En su último largo, “Songs About Cars, Girls & Broken Hearts”, han recuperado el inglés como idioma para expresarse tras dos discos cantados en español y también, como decía, el formato trío dejando atrás el cuarteto con dos guitarristas. Lo desgranaron a conciencia con cortes como “Love Is A Bad Deal”, que lo abre, la macarra “Stay Away From My Girl” o “Too Many Kisses”, de la que han grabado hasta un videoclip para promocionar dicho trabajo.
Este último esfuerzo discográfico (si obviamos la reciente recopilación “Bonzosmania” les vuelve a acercar estilísticamente a su debut “341 Broome St.”, el nombre de la calle donde vivían en Nueva York por aquel entonces, editado hace la friolera de 27 años y producido por el mismísimo Andy Shernoff cerrando el círculo al telonearles. Aún les quedaban unas pocas copias de las 341 que habían hecho para celebrar su cuarto de siglo y Juancar nos animó a adquirir alguna de ellas para apoyarles avisando de que luego nos quitarán Spotify y lloraremos, haciéndonos esbozar una sonrisa a los que todavía compramos música en formato físico.
Sonaron “frescos” los cortes de este primer disco que ejecutaron, pese a la pila de años que tienen, y “Baby, Baby”, “Bonzo Girl” o “I Want You Back” perfectamente podrían haber sido incluidos en “Songs About Cars, Girls & Broken Hearts” y no desentonarían lo más mínimo dado el buen hacer de los compañeros de Juancar a sus instrumentos y a los coros. Precisamente en este apartado no quiero dejar de comentar la gran aportación de Ricky, que no sólo golpeó con precisión y potencia su batería, sino que fue el principal apoyo vocal del líder a lo largo de la actuación. Vi felices a los tres al término de la misma y dejaron un gran sabor de boca y el escenario calentito para los “dictadores”. Grata sorpresa y muy disfrutables los bilbaínos.
THE DICTATORS, autenticidad y potencia
Rápido cambio entre grupos el que tuvo lugar, siendo los propios miembros de The Dictators los que se encargaron de las últimas pruebas y ajustes, antes de que Andy preguntara micrófono en mano un par de minutos antes de las 21:30, uno por uno a sus compañeros, si estaban listos para rockear. Con la respuesta afirmativa de todos ellos la fiesta comenzó, sin sorpresas, con la versión de MANITOBA'S WILD KINGDOM “New York, New York” recibida con entusiasmo por una sala que mostraba muy buena entrada y un público con ganas de pasarlo bien.
Con un sonido bastante nítido, incluso en la parte delantera de la sala, ya desde los primeros compases de su descarga alternaron temas de su último disco editado en 2018, “D.F.F.D.”, como “Avenue A”, con los coros de Andy y Albert muy presentes, “The Savage Beat” o “It's Alright” con clásicos de su catálogo como “The Minnesota Strip”, y su hipnótica melodía de guitarra que sin duda “inspiró” “Snakes Of Christ” de DANZIG porque son clavadas, o “The Next Big Thing” del icónico e influyente primer disco de THE DICTATORS, “Go Girl Crazy”, coreado a rabiar por la audiencia.
En esta primera parte aprovecharon para quitarse de encima el nuevo tema grabado en 2021, “Let´s Get The Band Back Together” que, sin estar mal, pasó bastante desapercibido y en el que el bajista se encargó de la voz principal y sus compañeros le hicieron los coros. Como siempre, lo mejor del tema la guitarra de Ross, hecho que fue una constante durante toda la velada.
Por supuesto no faltaron las versiones en el repertorio de los americanos, cosa que me sobró pese a que sabía que así iba a ser. La primera de ellas la introdujo Ross y fue el particular tributo a la VELVET UNDERGROUND en forma de “What Goes On” que no lució demasiado si obviamos, de nuevo, el solo del fundador de MANOWAR a cuyo término fue elogiado por Keith.
La otra fue “Dominance And Submission” de BLUE ÖYSTER CULT cantada por su baterista fundador que obtuvo una gran respuesta, más incluso de lo que me esperaba. A colación de esto me gustaría destacar lo acertado de la inclusión de Albert en esta reencarnación del grupo, y no porque homenajee a la banda que fundó sino porque tiene un estilo clásico de tocar que casa a la perfección con una banda como ellos con tanta historia detrás. Gran trabajo el que hizo a las baquetas pese a que en un momento se le cayeran dos veces en cinco segundos. Anecdótico este leve percance del que salió airoso con una sonrisa y suerte para la chica a la que se la entregó Keith.
La hilarante, pero no por ello menos falta de razón, “Pussy And Money”, fue presentada por Shernoff al grito de “¿qué es lo que mueve el mundo?”. Nada que añadir a una verdad como un templo tras la que “Who Will Save Rock And Roll?” sonó para dar por finiquitada la representación de “D.F.F.D.”. Entre medias de ambas una de las más celebradas del repertorio como fue “Faster and Louder” en la que siguieron los pogos en una sala desatada y rendida a los pies de estos tipos tan mayores como auténticos.
El colofón a la parte regular del concierto corrió a cargo de “Stay With Me”, completando así el trío de ases que sonaron de “Bloodbrothers”, que puso la sala patas arriba dejando la estampa de gente saltando y gritando puño en alto el adictivo estribillo. Con ella se retiraron unos instantes del escenario para no tardar en volver y ejecutar el nuevo tema que da título al EP “Thank You And Have A Nice Day”, editado este año, que devolvió un poco la calma antes de que una siempre alargada “Two Tub Man”, para mayor lucimiento si cabe de Ross The Boss, pusiera el punto y final por todo lo alto a una descarga que se hizo demasiado corta y en la que eché en falta algún tema más de sus dos primeros discos en detrimento de alguno de “D.F.F.D” o las versiones.
Según he leído parece que tienen intención de grabar un nuevo trabajo con esta formación que, a pesar de la ausencia de Handsome Dick Manitoba, funcionó a la perfección en directo. Puede que Keith Roth no tenga el carisma del vocalista original pero creo que se mostró cercano y dicharachero con el público (en alguna ocasión tal vez demasiado), cómplice con sus compañeros en todo momento (el buen rollo con todos se notaba a la legua), y cantó razonablemente bien todo lo que se le puso por delante. Cierto es que algunas le quedaron mejor, otras no tan bien, pero creo que salió victorioso de la prueba.
Bouchard es un baterista a la antigua usanza y sabe lo que se hace mientras que los miembros originales de la formación sostienen la leyenda en estudio y en directo. Andy sigue componiendo canciones de calidad con su propia impronta y el sonido de la guitarra de Ross Friedman (qué infravalorado está este hombre con los trabajos que tiene a sus espaldas…) es absolutamente inconfundible y santo y seña de THE DICTATORS. Resumiendo, fueron 70 minutos que supieron a poco pero si vuelven a tu ciudad, yo no me los perdería porque sigue mereciendo la pena asistir a sus conciertos.
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